Hoy, 19 de diciembre, la Iglesia celebra a:

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  1. San ANASTASIO I, papa. Varón de gran pobreza y de apostólica solicitud, que se opuso firmemente a las doctrinas heréticas. (401).
  2. San GREGORIO, obispo. En Auxerre. (s. VI).
  3. Beato URBANO V, papa. Aviñón. Siendo monje fue elevado a la cátedra de Pedro y se preocupó por el retorno de la Sede Apostólica a la Urbe y por restituir la unidad a la Iglesia. (1370).
  4. Santos FRANCISCO JAVIER HÀ TRONG y DOMINGO BÙI VAN ÚY, catequistas; TOMÁS NGUYEN VAN DÊ, sastre; AGUSTÍN NGUYEN VAN MÓI y ESTEBAN NGUYEN VAN VINH, agricultores. Todos mártires. Algunos todavía preparándose para el bautismo, se negaron pisar la cruz, por ello sufrieron cárcel y tormentos. Finalmente, fueron estrangulados. (1838).
  5. Beatas MARÍA EVA de la PROVIDENCIA NOISZEWSKA y MARÍA MARTA de JESÚS WOLOWSK, vírgenes y mártires. Slonim, Polonia. Congregación de Hermanas de la Inmaculada Concepción. Martirizadas por los nazis al invadir patria. (1942).

Hoy recordamos especialmente al Beato GUILLERMO de FENOLIS

ació en Monferrato, a inicios del siglo XII. Muy joven tomó la decisión de vivir como eremita las montañas del Piamonte. Vivía en una pobreza absoluta, disciplinándose, orando y trabajando para no mantenerse ocioso. Allí le tentó el demonio enviándole una mala mujer para que el santo cayera, pero el joven venció con la ayuda de Dios, las seducciones de la mujer.

Este episodio le hizo pensar acerca de la conveniencia de la soledad, por lo cual decidió tomar el hábito en algún monasterio donde la soledad fuera acompañada por una comunidad. Por ello eligió la Cartuja, donde el solitario alterna con la comunidad solo para los actos precisos, y en silencio. Tomó el hábito en la Cartuja de Casularum, a mediados del siglo XII. En la Cartuja el Guillermo aumentó sus virtudes con la de la obediencia, esencial para la vida monástica. En breve tiempo cumplía la Regla con exactitud y sin afectación. Era caritativo con sus hermanos, elegía los trabajos más difíciles y siempre estaba presto a ayudar a los hermanos ancianos.

Su oración era elevadísima, siendo su devoción preferida la Pasión de Señor. Estando un día orando ante un Crucifijo, el Señor le crucificó en espíritu con Él, de tal modo que, en adelante, sufrió todos los dolores y aflicciones de Cristo, los cuales ofrecía constantemente por la salvación de las almas.

Guillermo murió muy anciano, sobre 1200. Fue sepultado en el exterior del monasterio, junto a la portería, pero a menos de un mes eran tantos los peregrinos que acudían a remediar sus males en la sepultura del santo religioso, que los monjes sacaron el ataúd y le sepultaron dentro del monasterio, en la clausura.