Hoy, 18 de febrero, la Iglesia celebra a:

by AdminObra
  1. Santos SADOTH, obispo, Y 128 COMPAÑEROS, mártires. En Persia. Eran presbíteros, clérigos y vírgenes consagradas. Fueron apresados por no adorar al sol, y fueron sentenciados a tortura y muerte. (342).
  2. San ELADIO, obispo. En Toledo. Después de dirigir los asuntos en el palacio real, fue abad del monasterio de Agali, y, más tarde elevado al episcopado. Fue muy caritativo. (632).
  3. San TARASIO, obispo. En Constantinopla. Insigne por su piedad y erudición, que inició el Concilio Niceno II, en el cual los Padres defendieron el culto de las santas imágenes. (806).
  4. San ANGILBERTO, abad. En la Galia Ambianense. Tras dejar los cargos palatinos y militares que ostentaba, y con el consentimiento de su esposa Berta, que también recibió el velo monástico, abrazó la vida monástica y rigió con éxito dicho monasterio. (814).
  5. San TEOTONIO, peregrino. En Coimbra, Portugal. Peregrinó dos veces a Jerusalén y, tras rehusar el cargo de custodio del Santo Sepulcro, volvió a su patria, donde fundó la Congregación de Canónigos Regulares de la Santa Cruz. (1162).
  6. Beato GUILLERMO HARRINGTON, presbítero y mártir. En Londres. Nació en York. Por ejercer su sacerdocio en Inglaterra fue condenado a la pena capital. (1594).
  7. Beato JUAN PIBUSH, presbítero y mártir. En Londres. Encarcelado varias veces. Fue condenado a muerte a causa de su condición de sacerdote. Fue ahorcado y descuartizado. (1601).
  8. San FRANCISCO RÉGIS CLET, presbítero y mártir. En Hubei, China. Misionero. Durante treinta años anunció el Evangelio en medio de grandes dificultades. Fue denunciado por un apóstata y encarcelado. Finalmente, estrangulado. (1820).
  9. San JUAN PEDRO NÉEL, presbítero. En Guizhou, China. Misionero. Acusado de predicar la fe cristiana, fue atado a la cola de un caballo y arrastrado un largo trecho; sometido luego a todo género de burlas y tormentos, fue decapitado. Con él fueron martirizados los santos MARTÍN WU XUESHENG, catequista, JUAN ZHANG, neófito; y JUAN CHEN XIANHENG. (1862).
  10. Beata GERTRUDIS COMENSOLI, virgen. En Bérgamo. Fundó una congregación de religiosas para la adoración del Santísimo Sacramento y la educación de la juventud. (1903).
  11. Beato JORGE KASZYRA, presbítero y mártir. En Polonia. Marianista. Quemado vivo por los nazis. (1943).

Hoy destacamos especialmente a BEATO JUAN DE FIÉSOLE, “FRAY ANGÉLICO”

Guido di Pietro nació en Vicchio di Mugello, en 1400. Debió aprender el arte de la pintura con alguno de los muchos maestros florentinos de su tiempo. Participó en la decoración de la capilla de San Stefano, de Florencia.

En 1420 decidió su vocación religiosa e ingresó en el convento de Santo Domingo de Fiésole, en el que profesó con el nombre de Fray Angélico. En el convento trabó amistad con San Antonino, y también con el pintor Lorenzo Mónaco, monje calmadulense, que se prestó a darle clases de pintura, y bajo cuya influencia adquirió el sentido del color y la línea lírica que caracterizaría la Escuela de Siena.

Recibió la ordenación sacerdotal hacia 1427, y no mucho después la comunicad dominica de Fiésole se trasladó al convento de San Marcos de Florencia con la ayuda de los Médicis.

Aquí depositó Cosme de Médicis su rica colección de manuscritos griegos y bizantinos, cuyos temas fray Angélico, leyéndolos, pudo pasar del arte oriental al occidental.

Decoró las paredes del convento de San Marcos y supo combinar en su pintura el fervor religioso con la belleza de las formas. Para él, las pinturas tenían un sentido de plegaria y meditación. El arte pictórico estaba puesto al servicio de la contemplación de las cosas divinas. Pero no pintó sólo para su convento de San Marcos; accedió a las peticiones que le llegaron de otros lugares, y el Papa Eugenio IV le pidió decorara dos capillas del Vaticano.

Elegido prior del convento, lo rigió desde 1450 hasta 1452. El papa le pidió que aceptara el arzobispado de Florencia, pero Fray Angélico le sugirió a San Antonino, el cual sería ordenado obispo.

Pasó los últimos años de su vida en el convento de Santa María sopra Minerva de Roma, donde murió santamente en 1455.