Hoy, 18 de abril, la Iglesia celebra a:

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  1. Santos HERMÓGENES y ELPIDIO, mártires. En Armenia. (s. inc).
  2. San PUSICIO, mártir. En Persia. Oficial del rey Sapor II, que, por haber confortado al vacilante presbítero Ananías, fue herido en el cuello y muerto. (341).
  3. San EUSEBIO, obispo. Las Marcas, Italia. Acompañó al papa San Juan I en el viaje a Constantinopla impuesto por el rey Teodorico, y al regresar le siguió también a la prisión en la fueron encerrados. (526).
  4. San MOLASIO, abad. En Leighlin, Irlanda. Difundió pacíficamente en la isla el rito romano de la celebración pascual. (638).
  5. San URSMARO, obispo y abad. En Hainaut, Bélgica. Propagó la Regla de San Benito y atrajo al pueblo a la fe cristiana. (713).
  6. Santa ANTUSA, virgen. En Constantinopla. Siendo hija del emperador Constantino Coprónimo, se dedicó con gran ánimo a ayudar a los pobres, a redimir a esclavos, a reparar iglesias y a edificar monasterio, y recibió el hábito monacal de manos del obispo San Tarasio. (s. VIII).
  7. Santa ATANASIA, viuda. En la isla de Egina, Grecia. Vivió en soledad, y después fue también priora, destacando por sus virtudes y observancia monástica. (s. IX).
  8. San JUAN ISAURO, monje. en la isla de Egina. Discípulo de San Gregorio Decapolita y en tiempo del emperador León el Armenio luchó en defensa de las santas imágenes. (842).
  9. San PERFECTO, presbítero y mártir. En Córdoba. Fue encarcelado y después degollado por los sarracenos, por haber combatido la doctrina de Mahoma y confesado con firmeza su fe en Cristo. (850).
  10. Beato IDESBALDO, abad. En Brujas. Después de perder a su esposa, sirvió durante treinta años en la corte de los condes de Flandes y, ya en edad madura, ingresó en el monasterio de Dune, el que fue tercer abad durante doce años. (1167).
  11. San GALDINO, obispo. En Milán. Trabajó por la restauración de la ciudad destruida por la guerra. (1176).
  12. Beato ANDRÉS, presbítero. En los Abruzzos. Ermitaño de San Agustín. Predicó por Francia e Italia. (1479).
  13. Beato ANDRÉS HIBERNÓN, religioso. En Gandía. Franciscano. De joven fue expoliado por unos ladrones y después cultivó la pobreza admirablemente. (1602).
  14. Beata MARÍA de la ENCARNACIÓN AVRILLOT, madre. En Pontoise, Francia. Madre ejemplar y mujer devotísima, que introdujo el Carmelo en Francia, fundó cinco monasterios y, muerto su esposo, abrazó la vida religiosa. (1618).
  15. Beato JOSÉ MOREAU, presbítero y mártir. Angers. Guillotinado un Viernes Santo por los que odiaban la fe. (1794).
  16. Beato ROMÁN ARCHUTOWSKI, presbítero y mártir. En Lublín, Polonia. Encarcelado por los nazis. Fue torturado y murió de hambre y enfermedad. (1943).

Hoy recordamos especialmente a la Beata SABINA PETRILLI

Sabina Petrilli nació en Siena el 29 de agosto de 1851, segunda hija de Celso y Matilde Venturini. A los 15 años se inscribió en la Congregación de Hijas de María, y en poco tiempo fue elegida presidenta. Dos años después emitió el primer voto de virginidad por un año. En 1869 fue recibida por el papa Pío IX, quien la exhorta a caminar en las huellas de santa Catalina. El 15 de agosto de 1873, en la capillita de la casa paterna, emite, junto con cinco compañeras, los votos de castidad, pobreza y obediencia, con la presencia de su confesor, y el acuerdo del arzobispo, Mons. Enrique Bindi, quien les concede el permiso de iniciar una obra a beneficio de los pobres.

La nueva pequeña familia regiosa toma el nombre de «Congregación de Hermanas de los Pobres de Santa Catalina de Siena». En 1881 inicia la primera fundación en Onano (Viterbo, Italia), y en 1903 la primera misión en Belém (Brasil). Las Constituciones d ela congregación, que se vuelve de derecho pontificio, son definitivamente aprobadas el 17 de junio de 1906.

Sucesivamente la madre Sabina emite el voto de «no negar nunca voluntariamente al Señor», y el voto de «perfecta obediencia» al director espiritual, el voto de «no lamentarse deliberadamente en los padecimientos externos e internos», y el voto de «completo abandono a la voluntad del Padre». El 18 de abril de 1923, a las 17.20, la madre Sabina deja la tierra para entrar definitivamente en posesión de Dios.