- MUCHOS SANTOS MÁRTIRES, en Alejandría de Egipto. En tiempo del Emperador Teodosio. Al crecer el número de cristianos, fueron apresados por los adoradores de Serapis y cruelmente sacrificados. (392).
- San AGRÍCOLA, obispo. En Châlons, Francia. Durante casi cincuenta años rigió su diócesis. (580).
- Santa GERTRUDIS, abadesa. En Brabante. Nacida de preclara estirpe, recibió de San Amadeo el sagrado velo de las vírgenes, presidió el monasterio construido por su madre y, asidua a la lectura de las Sagradas Escrituras, consumó su vida con la austeridad de vigilias y ayunos. (659).
- San PABLO, monje. En Chipre. Quemado vivo por defender el culto a las imágenes. (770).
- Beato CONRADO, eremita. En Apulia. En Palestina llevó vida de ermitaño en una mísera cueva hasta la muerte. (1154).
- San JUAN SARKANDER, presbítero y mártir. En Moravia, Chequia. Siendo párroco de Holesov, por negarse a revelar el secreto de confesión fue sometido al suplicio de la rueda y, encerrado en una cárcel todavía con vida, falleció apena un mes más tarde. (1620).
- San GABRIEL LALEMANT, presbítero y mártir. En Canadá. Jesuita. Con celo ardiente difundió la gloria de Dios en el mismo idioma de los pueblos de aquel lugar, antes de ser muerto entre torturas por los idólatras. (1649).
- Beato JUAN NEPOMUCENO ZEGRI y MORENO, presbítero. En Málaga. Santificó su vida en el ministerio al servicio de la Iglesia y de las almas. Fundó la Congregación de Hermanas Mercedarias de la Caridad. (1905).
Hoy destacamos a SAN PATRICIO
Nació en 385 en la antigua Bannaven Taberniae, que se suele identificar con la actual Kilpatrick, en una familia romano-británica.
Cuando contaba 16 años de edad, unos piratas se apoderaron de él en una razzia y lo vendieron en Irlanda como esclavo.
Seis años más tarde, de forma prodigiosa pudo escapar de su esclavitud y logró llegar a Francia.
Allí fue acogido sucesivamente en varios monasterios, donde adquirió buena formación religiosa. Interiormente estaba convencido de que su misión era evangelizar Irlanda.
Lo amparó el santo obispo Germán de Auxerre y fue ordenado, obteniendo después autorización para ingresar en el monasterio de Lérins.