- Santos ESPERADO, NARZALO, CITINO, VENTURIO, FÉLIX, AQUILINO, LETANCIO, GENARA, GENEROSA, VESTINA, DONATA y SEGUNDA, mártires. Cartago. Fueron encarcelados, y al día siguiente atados a un cepo, finalmente ajusticiados por decapitación. (180).
- San JACINTO, mártir. Turquía. (s. III).
- Santas JUSTA y RUFINA, vírgenes y mártires. Sevilla. Tras ser sometidas a crueles suplicios, donde les hicieron pasar hambre y más torturas, la primera murió en la cárcel exhausta, y la segunda decapitada. (287).
- Santa MARCELINA, virgen. Milán. Hermana de San Ambrosio, a la que el Papa Liberio impuso el velo de consagrada en la basílica romana. (s. IV).
- San ALEJO. Roma. Abandonó su vida opulenta para vivir mendigando. (s. IV).
- San TEODOSIO, obispo. Auxerre. (s. VI).
- San ENNODIO, obispo. Pavía. Repartió generosamente sus bienes. (521).
- San FREDEGANDO, monje. Brabante. Procedente de Irlanda. Colaboró con San Froilán y otros misioneros itinerantes. (s. VIII).
- San KENELMO, príncipe y mártir. Mercia, Inglaterra. (812).
- San LEÓN IV, papa. Roma. Protector de la ciudad, y mantenedor del primado de Pedro. (855).
- San COLMANO, peregrino. Baviera. Al dirigirse como peregrino a Tierra Santa, y nacido en Irlanda, fue tomado por un enemigo y colgado de un árbol. (1012).
- Santos ZOERARDO y BENITO, ermitaños. Cárpatos eslovacos. Venidos de Polonia a Hungría a petición del rey San Esteban, llevaron en un eremo del monte Zabor una vida de extrema austeridad. (1031).
- Santa EDUVIGIS, reina. Cracovia. Nacida en Hungría, heredó el reino de Polonia, y casada con el gran duque lituano Jaguelón, que en el bautismo tomó el nombre de Ladislao, sembró con él la fe católica en Lituania. (1399).
- San PEDRO LIU ZIYU, mártir. Hebei, China. Desoyendo a sus amigos que le aconsejaban apostatar, permaneció firme en la fe ante el mandarín, por lo que fue traspasado por la espada. (1900).
- Beato PABLO GOJDICH, obispo y mártir. Eslovaquia. Bajo el régimen ateo comunista fue encarcelado y sometido a toda clase de tribulaciones y torturas atroces. (1960).
Hoy celebramos especialmente a BEATAS TERESA de SAN AGUSTÍN y COMPAÑERAS
Estas monjas carmelitas descalzas fueron las primeras víctimas de la Revolución Francesa en ser beatificadas.
Se les llama las “mártires de Compiègne”, porque, aunque su martirio tuvo lugar en París, pertenecían a la comunidad de carmelitas descalzas de esa ciudad.
Teresa de San Agustín, que encabeza el grupo, era la priora. Murió también con ella el criado Mulot de la Mènardière.
Llegada la Revolución las monjas habían dejado su convento y sus hábitos, viviendo en casas particulares y procurando conservar el espíritu de oración y caridad fraterna propio del convento.
Se les acusó de continuar en las casas su vida religiosa y de estar en contra de la República, por lo que fueron arrestadas en 1794, junio.
Y el motivo para arrestar a Mulot fue que ayudaba a las monjas en sus “crímenes”. Se las llevó al exconvento de la Visitación y de allí se las trasladó a París, donde tuvo lugar su juicio y condena a muerte en la guillotina.
La sentencia se cumplió en ese año.