- LOS VEINTE SANTOS MÁRTIRES de Numidia, en Argelia. (ss. III/IV).
- San GURIAS, asceta, y San SAMONAS, ambos mártires, que bajo el Emperador Diocleciano, después de crueles tormentos, fueron condenados a muerte y decapitados en Edesa, actual Turquía. (305).
- San FELIX, en Nola, Campania, Italia. Con cuyos cuidados pastorales y devoción se honra la ciudad de Nola. (ss. IV/V).
- San MACUTO, obispo, en la Bretaña Menor, Francia. Obispo de Alet, falleció en Saintes. (640).
- San ALBERTO MAGNO, obispo y doctor. Colonia. Enseñó de palabra y en sus escritos las disciplinas filosóficas y divinas, y fue maestro de Santo Tomás de Aquino, uniendo la sabiduría de los santos con las ciencias humanas y naturales. Después se vio obligado a aceptar la sede episcopal de Ratisbona, desde la cual se esforzó asiduamente en fortalecer la paz entre los pueblos, aunque al cabo de un año prefirió la pobreza de los dominicos a toda clase de honores. Murió santamente en Colonia. (1280).
- Beatos HUGO FARINGDON, abad, JUAN EYNON, y JUAN RUGG, sacerdotes, los cuales opusieron tenaz resistencia al Rey Enrique VIII, que intentaba apropiarse de la autoridad de la Iglesia, y por ello, acusados de traición, delante del monasterio fueron ahorcados y descuartizados. (1539).
- Beatos RICARDO WHITING, abad, ROGE JAMES y JUAN THORNE, sacerdotes benedictinos, acusados falsamente de traición y sacrilegio, durante el mismo reinado. Fueron ahorcados y descuartizados. (1539).
- Beata LUCÍA BROCCADELLI, religiosa, que tanto en el matrimonio como en el monasterio de la Tercera Orden Dominica, en Ferrara, Italia, sobrellevó con paciencia muchos dolores y vejaciones. (1544).
- Beato CAYO COREANO, mártir, en Nagasaki, Japón. Siendo catequista fue quemado en la hoguera. (1627).
- Santos ROQUE GONZÁLEZ y ALFONSO RODRÍGUEZ, sacerdotes jesuitas y mártires, en Caaró, Paraguay. Fundaron “reducciones” para los pueblos indígenas, donde el trabajo y la vida social se compaginaban con los valores del cristianismo, y por esto fueron asesinados a traición por el sicario de un personaje adicto a la magia. (1628).
- San JOSÉ PIGNATELLI, presbítero. Roma. Jesuita. Trabajó mucho para reforzarla en un momento dura para la Compañía. Se significó por su caridad e integridad de costumbres. (1811).
- San JOSÉ MKASA BALIJUDDEMBÉ, mártir de Uganda, que estando al frente del palacio real, recibido el bautismo ganó a muchos jóvenes para Cristo y defendió a los niños de la corte de las pasiones viciosas del Rey Mwenga, por lo que éste ordenó cortarle la cabeza. (1904).
- San RAFAEL de SAN JOSÉ KALINOWSKI, sacerdote, en Wadowice, Polonia. Durante la guerra de insurrección de su pueblo contra el opresor, fue hecho prisionero por el enemigo y deportado a Siberia; después de sufrir muchas calamidades, y recuperada la libertad, ingresó en el Carmelo. (1907).
Hoy recordamos especialmente a SAN LEOPOLDO
No se conoce mucho acerca de este príncipe, Leopoldo III, margrave de Austria.
Lo que se sabe es que fue querido por su pueblo y que fue un magnífico bienhechor de la Iglesia.
Tres de sus fundaciones religiosas existen todavía: las abadías de Matiazell, benedictina; Heiligenkreux, cisterciense y Klosterneuburg, de agustinos regulares.
En 1125 renunció a ser candidato para la corona real.
El cronista Otto de Freising era uno de sus 18 hijos. Le llamaban el piadoso. Era hijo de Leopoldo y de Ita, hija del emperador Enrique III. Leopoldo prefirió vivir como un pobre en lugar de vivir con todo el boato de la corte.
Le hacía a Dios mucha oración pidiéndole buenos súbditos.
Y es curioso que, siendo como era su altura real, no prefiriese nada para sí.
Sin embargo, a pesar de sus penitencias y vida de plegaria, no descuidaba el ser un buen gobernante.