Hoy 15 de noviembre, la Iglesia celebra a…

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  1. LOS VEINTE SANTOS MÁRTIRES de Numidia, en Argelia. (ss. III/IV).
  2. San GURIAS, asceta, y San SAMONAS, ambos mártires, que bajo el Emperador Diocleciano, después de crueles tormentos, fueron condenados a muerte y decapitados en Edesa, actual Turquía. (305).
  3. San FELIX, en Nola, Campania, Italia. Con cuyos cuidados pastorales y devoción se honra la ciudad de Nola. (ss. IV/V).
  4. San MACUTO, obispo, en la Bretaña Menor, Francia. Obispo de Alet, falleció en Saintes. (640).
  5. San LEOPOLDO, príncipe de Klosterneuburg, en Austria. Fue honrado ya en vida con el nombre de “Piadoso”, pues fue siempre portador de paz y amigo de los pobres y del clero. (1136).
  6. Beatos HUGO FARINGDON, abad, JUAN EYNON, y JUAN RUGG, sacerdotes, los cuales opusieron tenaz resistencia al Rey Enrique VIII, que intentaba apropiarse de la autoridad de la Iglesia, y por ello, acusados de traición, delante del monasterio fueron ahorcados y descuartizados. (1539).
  7. Beatos RICARDO WHITING, abad, ROGE JAMES y JUAN THORNE, sacerdotes benedictinos, acusados falsamente de traición y sacrilegio, durante el mismo reinado. Fueron ahorcados y descuartizados. (1539).
  8. Beata LUCÍA BROCCADELLI, religiosa, que tanto en el matrimonio como en el monasterio de la Tercera Orden Dominica, en Ferrara, Italia, sobrellevó con paciencia muchos dolores y vejaciones. (1544).
  9. Beato CAYO COREANO, mártir, en Nagasaki, Japón. Siendo catequista fue quemado en la hoguera. (1627).
  10. Santos ROQUE GONZÁLEZ y ALFONSO RODRÍGUEZ, sacerdotes jesuitas y mártires, en Caaró, Paraguay. Fundaron “reducciones” para los pueblos indígenas, donde el trabajo y la vida social se compaginaban con los valores del cristianismo, y por esto fueron asesinados a traición por el sicario de un personaje adicto a la magia. (1628).
  11. San JOSÉ PIGNATELLI, sacerdote jesuita, que trabajó mucho en Roma en favor de la Compañía de Jesús en un momento difícil para la congregación. Se destacó por su integridad y caridad. (1811).
  12. San JOSÉ MKASA BALIJUDDEMBÉ, mártir de Uganda, que estando al frente del palacio real, recibido el bautismo ganó a muchos jóvenes para Cristo y defendió a los niños de la corte de las pasiones viciosas del Rey Mwenga, por lo que éste ordenó cortarle la cabeza. (1904).
  13. San RAFAEL de SAN JOSÉ KALINOWSKI, sacerdote, en Wadowice, Polonia. Durante la guerra de insurrección de su pueblo contra el opresor, fue hecho prisionero por el enemigo y deportado a Siberia; después de sufrir muchas calamidades, y recuperada la libertad, ingresó en el Carmelo. (1907).

Hoy destacamos a:

SAN ALBERTO MAGNO

Nació en Augsburgo en 1206, en el seno de una familia señorial. Mientras hacía sus estudios en Padua, se sintió atraído por el ejemplo de unos nuevos religiosos que vivían de forma apostólica y se dedicaban al estudio y a predicar: los dominicos.

Tras escuchar la predicación de Jordán de Sajonia, sucesor del fundador, Santo Domingo de Guzmán, en 1223, decidió ingresar en la Orden.

Estudió teología en diversos conventos de Alemania y en 1245 fue enviado a París, al Estudio General que los Padres habían abierto allí, y que se había incorporado a la Universidad. Allí se doctoró en teología. Pronto adquiriría un gran prestigio.

En 1248 la Orden creó nuevos estudios generales, uno en Colonia. San Alberto fue enviado allí. Permaneció en dicha ciudad doce años, trabajando intelectualmente de manera incansable. En ese tiempo también fue el Provincial de la Orden.

En 1256 hizo un viaje a Italia preocupado por los ataques que hacían los profesores del clero secular a las órdenes mendicantes. Con ese motivo, escribió una importante obra contra los averroístas. Descubrió también un tratado de Aristóteles, hasta entonces desconocido, y terminó de delinear la enciclopedia científica que había empezado en París.

En 1259 se le encomendó a él el establecer el reglamento general de los estudios dominicanos, junto con Santo Tomás de Aquino, antiguo alumno suyo, y San Pedro de Tarantasia, futuro pap Inocencio V.

En 1260 fue nombrado obispo de Ratisbona. Pero a los dos años presentó la renuncia. Alegó que quería seguir con sus estudios, y siempre a disposición de la Iglesia para las misiones que le encomendase.

En 1274 asistió al Concilio de Lyon, que presidió el Papa Gregorio X.

La prodigiosa actividad literaria de Alberto, llamado el Magno, uno de los más grandes sabios de la historia de la Iglesia, se extendió a casi todas las disciplinas profanas y sagradas. Escribió sobre filosofía, lógica, física, matemáticas, exégesis bíblica, teología…mostrando grande armonía entre la ciencia y la fe.

Murió en 1280 en Colonia, estando en su celda del Convento de la Santa Cruz.