- Santos TEODORO y PAUSILIPO, mártires. Tracia. Sufrieron suplicio en tiempo de Adriano. (117).
- San CRESCENTE, mártir. Licia, Turquía. Quemado. (s. inc.).
- San MARÓN, mártir. Las Marcas. (s. inc.).
- San ABUNDIO. Roma. Humilde y fiel mansionario de Roma. (564).
- San PATERNO, obispo. Coutances, Galia. Obispo de Avranches. Tras haber fundado muchos monasterios, ya septuagenario fue elegido para la función episcopal. Murió en el cenobio de Scissy. (565).
- San ORTARIO, abad. Bayeux, Normandía. Célebre por su austeridad de vida y de oración. Así como su dedicación a enfermos y pobres. (s. XI).
- Beato DAMIÁN de VEUSTER, presbítero. Isla de Molokay. Congregación de Misioneros de los Sagrados Corazones. Entregado a la asistencia de los leprosos. También se contagió de lepra. (1889).
Hoy recordamos especialmente al SAN CÉSAR de HUS
San César nació el 3 de febrero de 1544 en Cavaillon, un pueblecito de la Provenza, de una familia emigrada a Francia desde Italia. Había pasado su juventud entre los oficiales del ejército de Carlos III, después en la corte real, y el ambiente desvinculó el alma del joven oficial de toda práctica religiosa y de todo sentimiento evangélico. La conversión llegó en 1575, después de un laborioso camino, marcado por la oración y la penitencia de dos humildes personas: Antonieta Revillande y Luis Guyot. La búsqueda de un director espiritual, primero el jesuita Padre Piquet, y después el obispo de Cavillon, reavivó en él la fe recibida de su madre, y lo llevó, después de cuatro años, al sacerdocio. El encargo recibido del obispo fue la predicación a la gente más pobre económica y culturalmente. De los tugurios a las catedrales para predicar a la gente y restaurar la fe y las costumbres. En 1592 se viene a formar en torno a él -padre, legislador y moderador- una familia de apóstoles y luego de hermanas: nace así la congregación masculina y la femenina de la Doctrina Cristiana. Son célebres sus textos catequísticos que comentan el Catecismo del Concilio de Trento, y que será publicado después con el nombre de Catecismo de San Pío V, en los cuales comentarios De Bus trata los argumentos teológicos primarios vistos bajo el ángulo más eficaz, según la edad y la posición del catequizando: la mayor edad, la media y la pequeña. Después de diez años de ministerio sacerdotal sufrió la ceguera total. Murió en Avignón el 15 de abril de 1607.