- Santos TIBURCIO, VALERIANO y MÁXIMO, mártires. En Roma. (s. inc.).
- Santas BERNICE y PROSDOCA, vírgenes, y su madre DOMNINA, mártires. En Antioquía de Siria. Para evitar a las que querían atentar contra su pureza, buscaron remedio en la fuga, pero fueron arrojadas a un río. (s. IV).
- San FRONTÓN, abad. En Nitria, Egipto. Junto con setenta compañeros se retiró a aquel lugar inhóspito. (s. IV).
- San ASACO, obispo. En Elphin, Irlanda. Discípulo de San Patricio, y primer obispo de esta Iglesia. (s. V).
- Santa TOMÁIDE, mártir. En Alejandría de Egipto. (476).
- San LAMBERTO, obispo. En Lyon. Antes había sido monje y abad del monasterio de Fontanelle. (688).
- San JUAN, obispo. En Campania, Italia. Se dedicó con empeño y pasión a ayudar a los pobres y a la santificación del clero. (s. XI).
- San BERNARDO, abad. En Chartres. Llevó vida eremítica en los bosques y en la Isla de Chausey, y fue maestro insigne de los discípulos que acudían a él en gran número, a los cuales encaminaba hacia la perfección evangélica. (1117).
- Beato PEDRO GONZÁLEZ “TELMO”, presbítero. Tuy. Pontevedra. Dominico. Trató de ser humilde como en el pasado había deseado la gloria, y se entregó a ayudar a los más menesterosos, sobre todo, a los marineros y a los pescadores. (1246).
- Santa LIDUINA, virgen. En Gueldres, en Holanda. Por la conversión de los pecadores y la liberación de las almas, soportó durante toda la vida enfermedades del cuerpo, confiada sólo a Dios. (1433).
Hoy recordamos especialmente a la Beata ISABEL CALDCUCH ROVIRA
La menor de cinco hermanos, vivió en la infancia en un ambiente muy cristiano. Durante su juventud estuvo relacionada con un joven de la localidad, pero lo dejó para hacerse religiosa. Ingresó en el monasterio de Clarisas Capuchinas de Castellón de la Plana, vistiendo el hábito en 1900. Emitió la profesión simple en 1901 y la solemne en 1904. Dicen las religiosas que era de temperamento pacífico y amable, siempre alegre y contenta. Una religiosa ejemplar, muy apreciada por la comunidad. En el monasterio desempeñó el cargo de maestra de novicias. Al arreciarse la persecución religiosa en julio de 1936, sor Isabel marchó a Alcalá de Chivert (Castellón) donde tenía un hermano sacerdote, que también sería asesinado. Mientras permaneció en su pueblo, se dedicó al retiro y a la oración. Allí la detuvo un grupo de milicianos el 13 de abril de 1937, junto al padre Manuel Geli, franciscano.
Conducidos ambos al Comité local de Alcalá de Chivert, fueron injuriados y vejados. Fue asesinada en el término de Cuevas de Vinromá (Castellón). Contaba cincuenta y cuatro años de edad. Sus venerados restos descansan en el monasterio de las monjas Capuchinas de Castellón de la Plana.
También murió mártir otra religiosa clarisa capuchina: Milagro Ortells Gimeno —Valencia, 29 de noviembre de 1882 – Paterna (Valencia), 20 de noviembre de 1936—. Fue la tercera y última hija del matrimonio entre Enrique y Dolores. Durante su niñez era muy devota y el ambiente familiar en que creció era eminentemente cristiano. Con vocación a la vida religiosa, su madre le proponía fuese Reparadora, pero no quiso aceptar buscando la mayor estrechez de la Regla Capuchina. Entró en el monasterio de Clarisas Capuchinas de Valencia en 1902. Allí recuerdan que cuando ingresó lo hizo con mucho entusiasmo.
Ocupó en este convento los cargos de enfermera, refitolera, tornera, sacristana y maestra de novicias, desempeñando todos estos ministerios con fidelidad.
Sus hermanas religiosas la describen como muy caritativa, ofreciéndose siempre a prestar cualquier servicio.
Su piedad era sólida y la característica más destacable era su amor a la Eucaristía y a la Inmaculada.
Era muy estimada por todas las religiosas y gozaba de fama de santidad. Con la persecución religiosa de 1936 tuvo que refugiarse en casa de su hermana, en Valencia, llevando allí una vida de oración y recogimiento.
Luego se cobijó en una casa de la calle Maestro Chapí, también de Valencia, donde había otras religiosas de la Doctrina Cristiana. Allí fue detenida por un grupo de milicianos el 20 de noviembre de 1936 y asesinada, junto a diecisiete religiosas más de la Doctrina Cristiana, en el lugar conocido como Picadero de Paterna. Tenía cincuenta y tres años.