- San JULIÁN, presbítero y mártir. Ankara. (s. IV).
- San LITORIO, obispo. Tours, Galia Lugdunense. Primer constructor de una iglesia dentro de los muros de la ciudad por vivir cristianos en ella ya. (371).
- San EMILIANO, obispo. Valence, Galia Lugdunense. Primer obispo del lugar. (374).
- San JUAN CRISÓSTOMO, obispo y doctor. Constantinopla. Gran pastor y maestro de la fe. Fue desterrado de su sede por insidias, y al volver del exilio por decreto del papa Inocencio I, como consecuencia de los malos tratos recibidos de sus guardianes durante el camino de regreso, murió en Gumenek, localidad del Ponto. (407).
- San MARCELINO, mártir. Cartago. Siendo alto funcionario imperial, muy relacionado con San Agustín y San Jerónimo, fue acusado de ser partidario de Heraclión y, aun siendo inocente, por defender la fe católica, los donatistas lo asesinaron. (413).
- San MAURILIO, obispo. Angers, Galia Lugdunense. Nacido en Milán y discípulo de San Martín de Tours, que fue ordenado presbítero por éste y le puso al frente del pueblo de Colonna. Elevado a obispo se centró en desterrar las supersticiones de los campesinos paganos. (453).
- San AMADO, presbítero y abad. Sens, Neustria. Célebre por su austeridad, ayunos y amor a la soledad, presidió el monasterio de Habend con sabiduría, que había fundado con San Romarico. (629).
- San VENERIO, eremita. Isla de Tino, Liguria. (s. VII).
- San AMADO, obispo. Breuil-sur-le-Lys, Galia Ambianense. Obispo de Sion. Muerto en el destierro al que le condenó el rey visigodo Teodorico III. (690).
- Beata MARÍA de JESÚS LÓPEZ de RIVAS, virgen. Toledo. Carmelita. Humilde y sufriente, tanto en el alma como en el cuerpo, vivió unida a los dolores de la Pasión. (1640).
- Beato CLAUDIO DUMONET, presbítero y mártir. Rochefort. Durante la Revolución Francesa, siendo profesor, fue atado de pies y manos con cadenas, y recluido en una vieja nave anclada en el mar, hasta que murió de hambre. (1794).
Hoy recordamos especialmente al Beato AURELIO MARÍA VILLARÓN ACEBRÓN
Bienvenido Villalón Acebrón nació en Zafra de Záncara, Cuenca en el seno de una familia de labradores. Perdió a sus padres de pequeño y fue recogido por un tío suyo. Profesó en los religiosos de las Escuelas Cristianas de Bujedo en 1903 y terminó su noviciado en 1906, tomando el nombre de hermano Aurelio María. Su apostolado educador se inició en Lorca, Murcia en 1908, y luego trabajo con entusiasmo en Gijón (donde fundó la Academia y el Centro Pedagógico). Pasa luego a Aviles, donde está hasta 1915 que es destinado al colegio Maravillas, de Madrid, haciendo en 1918 la profesión perpetua y permaneciendo en este colegio hasta 1927, en que es destinado al colegio de Nuestra Señora del Carmen, de Melilla, donde es subdirector y donde coincide con futuros compañeros de martirio. Generoso, alegre y muy responsable, fue designado director del colegio de San Miguel de Cádiz y en 1933 al colegio de Almería. Siempre fue un religioso sencillo, observante y cumplidor de sus votos y de las reglas.
Cuando supo el martirio de los hermanos de Turón en 1934 dijo a sus hermanos: “¡Qué dicha la nuestra si pudiéramos verter nuestra sangre por tan elevado ideal, la educación cristiana! Redoblemos nuestro fervor de educadores religiosos y así nos haremos dignos de tal honor”. Murió con un disparo en la nuca en Almería el 13 de septiembre de 1936.