Santos PONCIANO, papa, e HIPÓLITO, presbítero; mártires. Deportados al mismo tiempo a Cerdeña afrontando una condena común. Volverían a Roma sus cuerpos sin vida. (236).
- San CASIANO, mártir. Emilia-Romaña. Por negarse a adorar ídolos, fue entregado a los niños de quienes era maestro, para que le torturasen hasta la muerte con punzones, y así resultara tanto más duro el dolor de su martirio, cuanto más débiles fuesen las manos que se lo causaban. (300).
- San ANTÍOCO, obispo. Lyon. Todavía presbítero, afrontó un largo viaje para ir a visitar a su obispo San Justo, que moraba por entonces en un eremo en Egipto. (500).
- Santa RADEGUNDA, reina de los francos. Poitiers, Aquitania. Viviendo todavía su esposo el rey Clotario, recibió el velo sagrado de religiosa y sirvió a Cristo en el monasterio de la Santa Cruz de Poitiers, que ella misma había mandado construir bajo la Regla de San Cesáreo de Arlés. (587).
- San MÁXIMO, el CONFESOR, abad. Cáucaso. Abad de Crisópolis, cerca de Constantinopla, insigne por su doctrina y su celo por la verdad católica, que por haber combatido con valentía contra los monotelitas, sufrió, bajo el emperador herético Constante, la amputación de la mano derecha y, tras una dura prisión y crueldades de todo tipo, fue desterrado junto con dos discípulos, ambos llamados Anastasio, a la región de Lazica, donde murió. (662).
- San VIGBERTO, presbítero y abad. Austrasia. A quien San Bonifacio encomendó el cuidado del monasterio del lugar de Fritzlar. (739).
- Beata GERTRUDIS, abadesa. Wetzlar, Alemania. Premonstratense. Siendo todavía niña, fue ofrecida a Dios por su madre Santa Isabel de Hungría en este lugar. (1297).
- Beatos PATRICIO O’HEALY, obispo, y CONNOR O’ROURKE, presbítero; mártires. franciscanos. Kilmallock, Irlanda. Condenados a muerte y ejecutados por no esconderse como sacerdotes. (1579).
- Beato GUILLERMO FREEMAN, presbítero y mártir. Warwick, Inglaterra. Condenado a muerte durante el reino de Isabel I por ser sacerdote. En el patíbulo entonó el “Te Deum”, y con ánimo decidido afrontó el suplicio del martirio. (1595).
- San JUAN BERCHMANS, religioso. Roma. Jesuita. Amadísimo por todos por su sincera piedad, caridad auténtica y alegría constante. Murió serenamente después de una breve enfermedad. (1621).
- Beato MARCOS de AVIANO, presbítero. Viena. Capuchino. Sapiente predicador de la palabra de Dios, se interesó por los pobres y enfermos, solicitando a los poderosos de todo el mundo que antepusieran la fe y la paz a cualquier otra empresa o interés. (1699).
- Beato PEDRO GABILHAUD, presbítero y mártir. Rochefort. Por su condición de sacerdote durante la Revolución Francesa fue encarcelado en una nave que hacía las veces de prisión. Allí murió consumido por el hambre y la enfermedad. (1794).
- San BENILDO ROMANÇON, religioso. Sangues, Francia. Escolapio. Dedicó su vida a la formación de los jóvenes. (1862).
- Beatos SECUNDINO MARÍA ORTEGA GARCÍA, presbítero y DIECINUEVE COMPAÑEROS, mártires. Barbastro. Claretianos. Martirizados durante el furor de la persecución religiosa en España. (1936).
- Beato JUAN AGRAMUNT RIERA, presbítero y mártir. Castellón. Escolapio. Martirizado durante la persecución religiosa. (1936).
- Beato MODESTO GARCÍA MARTÍ, presbítero y mártir. Castellón. Capuchino. Martirizado durante la persecución religiosa. (1936).
Hoy recordamos especialmente al Beato JACOBO GAPP
El Padre Jacob Gapp, un sacerdote marianista del Tirol, fue un valiente enemigo de los nazis en Austria. Jacob Gapp nació en Wattens, Austria, en 1897. A su vuelta de la Primera Guerra Mundial, donde estuvo prisionero en Italia 9 meses, ingresó en un noviciado marianista y fue ordenado sacerdote. Jacob trabajó 8 años después de su ordenación en el área de Graz. Los nazis acababan de llegar al poder en Alemania y Jakob previno en sus homilías a los fieles acerca de la incompatibilidad entre el nazismo y la doctrina de la Iglesia. En octubre de 1938 la Gestapo prohibió sus clases de religión, pero el 11 de Diciembre pronunció otro sermón en su pueblo natal contra los nazis y tuvo que abandonar el país.
Primero fue a Francia, estableciéndose en Burdeos, donde siguió predicando contra el nazismo, y finalmente pasó a España, siendo recibido por la comunidad marianista del Colegio del Pilar, Valencia, donde ejerció como capellán y dio clases de alemán. En 1942, dos alemanes que dijeron ser judíos perseguidos se presentaron en el colegio y le pidieron ayuda para bautizarse. Ambos lo invitaron a viajar a San Sebastián y con engaños lo hicieron pasar a Hendaya, Francia, donde fue apresado por la Gestapo. Fue llevado a París y luego a Berlín. Lo guillotinaron en la cárcel de Plötzensee el 13 de agosto de 1943 tras ser condenado a muerte por un tribunal popular presidido por Roland Freisler, el mismo que juzgó a los miembros de la Rosa Blanca y a los que atentaron contra Hitler en 1944. Sus restos fueron entregados al Instituto Anatómico Biológico de la Universidad de Berlín para ser utilizados por los científicos en estudios de pureza racial.