- Santos EPIMÁQUIO y ALEJANDRO, mártires. En Alejandría de Egipto. En tiempos del emperador Decio, después de una larga prisión y tormentos varios fueron quemados vivos. Con ellos fueron martirizadas las Santas AMONARIÓN, virgen, MERCURIA, DIONISIA y otras, que después de soportar los tormentos fueron decapitadas. (250).
- San ESPIRIDIÓN, obispo. En Chipre. Auténtico pastor de su pueblo. (348).
- San FINIANO, abad. En Hibernia, actual Irlanda. Que fundó muchos monasterios y fue padre y maestro de una ingente cantidad de monjes. (549).
- San VICELINO, obispo. En Alemania. El cual se dedicó con interés a la evangelización de los esclavos. (1154).
- Beato JACOBO CAPOCCI, obispo. Nápoles. Ermitaño de San Agustín. Rigió la iglesia de Benevento y después la de Nápoles, iluminándolas con sabiduría, doctrina y prudencia. (1308).
- Beato BERTOLO BUNO-PEDONI, presbítero. En la Toscana. Atacado de lepra a los sesenta años, dejó la cura parroquial y recluido en un hospicio atendió a todos, vestido con hábito de la Tercera Orden de San Francisco. (1306).
- San SIMÓN PHAN DÁC HÒA, mártir. En Vietnam. Siendo médico y padre de familia eximio en caridad, reinando el emperador Minh Mang fue apresado por haber hospedado a unos misioneros. Fue decapitado después de soportar cárceles y tormentos. (1840).
Hoy recordamos especialmente al Beato PÍO PARTOSIK
Sacerdote profeso, nacido en 1909 que ingresó en los Conventuales el año 1926.
Fue sustituto de San Maximiliano Kolbe en el convento de Niepokalanów, y responsable de la impresión de los periódicos marianos.
Su consigna era: «Con la ayuda de la Inmaculada, conquistar el mundo entero y todas las almas para el Santísimo Corazón de Jesucristo».
San Maximiliano lo consideraba un «santo y gran hombre».
Arrestado con San Maximiliano el 17 de febrero de 1940 y deportado a Auschwitz, murió allí el 12 de diciembre de 1941, agotado por los malos tratos y las enfermedades.