- Santos PROTO y JACINTO, mártires. Roma. (s. III).
- Santos FÉLIX y RÉGULA, mártires. Turico, Helvecia. (s. inc.).
- San PAFNUCIO, obispo y confesor. En tiempo de Galerio Maximino fueron torturados sacándoles el ojo derecho, desjarretándoles la pantorrilla izquierda y condenados luego a las minas. A pesar de ello, pudo asistir al Concilio de Nicea y no cejó de luchar con denuedo por la fe católica frente a los arrianos. (s. IV).
- San PACIENTE, obispo. Lyon. Movido por la caridad, distribuyó gratuitamente alimentos por todas las ciudades a orillas del Ródano y del Saona, ayudando a los pueblos oprimidos por el hambre. Ejerció el apostolado por doquier, para la conversión de herejes y cuidado de los necesitados. (480).
- San SACERDOTE, obispo. París. Al frente de Lyon, que vivió en el amor y temor de Dios, y murió en aquella ciudad durante un concilio. (552).
- San DANIEL, obispo y abad. Isla de Bardsey, Cambria, Inglaterra. Al frente de Bangor. (584).
- San ADELFIO, abad. Burgundia. Abad del monasterio de Remiremont, que lloró profusamente por una disensión de menor importancia. (670).
- San LEUDINO, obispo. Toul, Austrasia. Estando casado se hizo monje, y después también su esposa Odila, aconsejada por él, abrazó la vida monástica. (680).
- San ELÍAS, “ESPELEOTA”, monje. Isla de Calabria. Insigne promotor de la vida eremítica y cenobítica. Murió en el monasterio de Aulinas. (960).
- Beatos GASPAR KOTEDA, catequista, y los niños FRANCISCO TAKEYA y PEDRO SHICHIEMON, mártires. Nagasaki. Cuyos padres fueron martirizados el día anterior. Todos ellos sufrieron el suplicio. (1622).
- Beato BUENAVENTURA de BARCELONA GRAN, religioso. Roma. Franciscano. Amante de la observancia regular, instituyó conventos para retiros espirituales en muchos lugares del territorio romano y mostró máxima austeridad de vida y caridad para con los pobres. (1648).
- Beato FRANCISCO MAYAUDON, presbítero y mártir. Rochefort. Encarcelado durante la Revolución Francesa por ser sacerdote. Murió consumido por el agotamiento físico en un barco prisión. (1794).
- San JUAN GABRIEL PERBOYRE, presbítero y mártir. Hebei. Congregación de la Misión. Dedicado a la predicación del Evangelio según costumbre del lugar, durante una persecución sufrió prolongada cárcel, fue atormentado y colgado de una cruz y estrangulado. (1840).
- Beato JOSÉ MARÍA SEGURA PENADÉS, presbítero y mártir. Valencia. Muerto durante la persecución religiosa. (1936).
Hoy recordamos especialmente al Beato PEDRO de ALCÁNTARA VILLANUEVA LARRÁYOZ
Era hijo de Martín-José Villanueva Igarza y Fermina Larrayoz Esain. Recibió el sacramento del bautismo al día siguiente de nacer, de manos del párroco interino de Aristregui, Rufino Oller, y se le impuso el nombre de Lorenzo. El sacramento de la confirmación lo recibió el 11 de enero de 1887.
Aceptada su petición de querer seguir la vocación hospitalaria, a los veintisiete años ingresó en Ciempozuelos el 14 de marzo de 1908. El 23 de octubre del mismo año tomó el hábito hospitalario, recibiendo el nombre de Fr. Pedro de Alcántara, haciendo al mismo tiempo la entrada canónica al noviciado. Una salud frágil, principalmente por problemas en la vista, hizo que se le aplazara la profesión, hasta que renovó el noviciado, emitiendo los votos temporales el 3 de junio de 1923; la profesión solemne la hizo el 3 de junio de 1926. Estuvo destinado en las comunidades de diversos sanatorios, especialmente psiquiátricos: Ciempozuelos, Sant Boi de Llobregat, Santa Águeda de Mondragón y Carabanchel Alto, destacando siempre como amante del silencio y profunda vida interior. Se hallaba de comunidad en el Asilo-Hospital Infantil de Barcelona cuando se inició la persecución religiosa en el mes de julio de 1936. En la tarde del 26 de julio de 1936, al ser expulsados todos, Lorenzo Villanueva fue acogido en casa de los señores Fusté, cuya señora era pariente suya y bienhechores del Asilo-Hospital de Barcelona. Los señores Fusté pusieron gran empeño en salvar su vida, aconsejándole que disimulase su condición de religioso. El día 4 de septiembre una patrulla de milicianos efectuó un registro en la casa de los señores Fusté. Al ser presentado por la tía Mercedes Esparza, por salvarlo, como persona de humilde condición, él mismo entonces se identificó como religioso, siendo detenido en unión con otros dos miembros de la familia, y encarcelados en el cuartel de Artillería del barrio de San Andrés, convertido en cárcel. Mientras unos días después fueron liberados los acompañantes, a fray Pedro en la noche del 11 de septiembre de 1936 lo asesinaron.
El beato Pedro de Alcántara Villanueva tenía al morir cincuenta y cinco años de edad, veintiocho como Hermano de San Juan de Dios. Abierta su causa de muerte como martirio en la Curia diocesana de Barcelona (1948) y aprobada en Roma el 14 de mayo de 1991, fue beatificado el 25 de octubre de 1992, por el Papa Juan Pablo II, dentro del grupo de setenta y un Hermanos de San Juan de Dios. Su fiesta litúrgica se celebra el 30 de julio como “Mártires de la Hospitalidad”.