Hoy, 11 de noviembre, la Iglesia celebra a:

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  1. San VERANO, obispo, en Provenza, la actual Francia. Siendo hijo de San Euquerio fue educado en el monasterio de Lerins y escribió al Papa San León Magno agradeciéndole su profesión de fe defendiendo la Encarnación del Verbo ante Flaviano. (S. V).
  2. San MENAS, ermitaño, en Molise, la Italia actual. Sus virtudes las alabó el papa San Gregorio Magno. (S. VI).
  3. San JUAN EL LIMOSNERO, obispo de Alejandría, famoso por su compasión con los pobres, y tan rebosante de caridad para con todos que hizo construir muchas iglesias, hospitales y orfanatos aportando los bienes de la Iglesia, y exhortando a los ricos al ejercicio de la beneficencia. (620).
  4. San TEODORO ESTUDITA, abad, en Constantinopla, actual Estambul, Turquía. Hizo de su monasterio una escuela de sabios, santos y mártires, que murieron víctimas de las persecuciones iconoclastas. Escribió tratados famosos sobre la fe católica. (826).
  5. San BARTOLOMÉ, abad, cerca de Roma, en el monasterio de Grottaferrata. Fue al encuentro de San Nilo, cuya vida y costumbres dejó por escrito, y al lado del cual estuvo hasta s muerte en el cenobio que había fundado bajo la disciplina ascética de los orientales. Aquello sería una escuela de ciencias y artes. (1065).
  6. Santa MARINA de Omura, virgen y mártir, en Nagasaki, Japón, que, encarcelada y llevada a la fuerza a una casa pública para burla de su castidad, fue finalmente quemada. (1634).
  7. Beata ALICIA KOTOWSKA, virgen y mártir, de la Congregación de Hermanas de la Resurrección. Fusilada por los nazis por fidelidad a Cristo. (1939).
  8. Beato VICENTE EUGENIO BOSSILKOV, obispo y mártir. Sofía. Bajo el régimen comunista fue encarcelado, vejado y fusilado por no querer romper con Roma. (1952).

 

Hoy recordamos especialmente a SAN MARTÍN de TOURS

Martín, hijo de un tribuno romano, nació en Sabaria, en Panonia, hacia el 315. A los quince años ya vestía el uniforme militar. El episodio del manto hay que colocarlo en este periodo, porque a los 18 años recibió el bautismo y abandonó la milicia para seguir a San Hilario de Poitiers, su maestro. Después de un breve noviciado de vida eremítica en la Isle Galinaria, Martín fundo dos monasterios: Ligugé, el más antiguo de Europa, y Marmoutier, que se convertiría en un gran centro de vida religiosa.
Después del paréntesis contemplativo, siguió el activo: Martín, elegido obispo de Tours, se convirtió en el grande evangelizador de Francia. Había sido, como se dice, soldado sin quererlo, monje por elección y obispo por deber. En los 27 años de vida episcopal se ganó el amor entusiasta de los pobres, de los necesitados y de cuantos sufrían injusticias, pero no era bien visto por los de su clero que querían vivir tranquilamente. De hecho, fue acusado por un sacerdote llamado Bricio. Su respuesta fue proverbial: “¿Si Cristo soportó a Judas, por qué no debería yo soportar a Bricio?”
Murió el 8 de noviembre del 397 en Candes, durante una visita pastoral.