- Santos FÉLIX, FELIPE, VITAL, MARCIAL, ALEJANDRO, SILANO y JENARO, mártires. Roma. (s. inc.).
- Santas RUFINA y SEGUNDA, mártires. Roma. (s. inc.).
- Santas ANATOLIA y VICTORIA, mártires. Lacio. (s. inc.).
- Santos JENARO y MARINO, mártires. Túnez. (s. inc.).
- San APOLONIO de SARDES, mártir. Turquía. (s. inc.).
- Santos LEONCIO, MAURICIO, DANIEL, ANTONIO, ANICETO, SISINIO y OTROS, mártires. Armenia. Martirizados de diversos modos. (s. IV).
- Santos BIANOR y SILVANO, mártires. Pisidia. (s. IV).
- San PASCARIO, obispo. Nantes. Acogió a San Hermelando, a quien había llamado del convento de Fontenelle, al mismo tiempo que a doce monjes, y lo envió a la isla de Antros para que fundase allí un monasterio. (s. VIII).
- Santa AMALBERGA, virgen. Flandes. San Wilibrordo le impuso el velo de virgen consagrada. (s. VIII).
- San CANUTO, mártir. Odense, Dinamarca. Rey. Ardiente celo cristiano. Incrementó en su reino el culto verdadero, promovió el estado clerical, fundó Iglesia. Finamente, fue martirizado por sediciosos. (1086).
- Beatas MARÍA GERTRUDIS de SANTA SOFÍA de RIPERT D’ALAUZIN e INÉS de JESÚS de ROMILLON, vírgenes y mártires. Orange. Ursulinas. Víctimas de la Revolución Francesa. (1794).
- Beatos MANUEL RUÍZ y LÓPEZ, presbítero, y DIEZ COMPAÑEROS, siete franciscanos y tres maronitas; mártires. Damasco. Entregados por un traidor sufrieron toda clase de vejaciones y fueron martirizados por los drusos. (1860).
Hoy recordamos especialmente a SAN PEDRO VINCIOLI
Nació en Montelagello o Agelione, cerca de Perugia, en fecha desconocida. Inclinado desde niño a la piedad, los padres no miraban con buenos ojos la vocación religiosa del muchacho. Pero el joven maduraba su vocación y se preparó al sacerdocio que recibió oportunamente, dando un gran ejemplo de virtud como sacerdote y sobresaliendo por su caridad con los pobres. No dudó en pedir al propio emperador Otón II, a su paso por Perugia, que impidiera los latrocinios y abusos de sus tropas.
Luego tuvo la iniciativa de fundar un monasterio benedictino en el sitio de la antigua catedral de Perugia y en donde estaban las reliquias de san Herculano. Obtenida la licencia del obispo, se construyó el monasterio y quedó Pedro como superior al frente del mismo, acudiendo numerosas vocaciones deseosas de vivir la vida religiosa en profundidad. El papa Juan XIII (+ 972) estuvo de acuerdo en la erección del monasterio, y otorgó la exención de la jurisdicción episcopal y consagró abad del mismo a Pedro. La iglesia fue dedicada a San Pedro el 22 de noviembre del año 969. Pedro rigió santamente el monasterio, dando personalmente un eximio testimonio de virtud y vida cristiana por su austeridad, espiritualidad y grandes virtudes. Murió el 10 de julio de 1007.