La formación del tercer bloque que conforma el Antiguo Testamento es el denominado KETUBIM o ESCRITOS.
De su formación se sabe poco.
Ezequías, rey de Judá en el siglo VIII/VII antes de Cristo, mandó recoger un cierto número de Proverbios de Salomón (Pr 25, 1) e instituyó y reglamentó el canto litúrgico de los Salmos de David y de Asaf (2Cro 29, 30). Quizá sean estos las primeras colecciones de los ESCRITOS.
Las exigencias litúrgicas motivaron el ordenamiento y agrupación de los salmos y de los himnos que llegarían a constituir el libro de los SALMOS, el más importante de esta colección.
Hacia el 180, antes de Cristo, el Libro del Sirácida o Eclesiástico recuerda cómo David entonó himnos y enriqueció la liturgia del Templo instituyendo “salmistas”.
El mismo Libro nos habla que Salomón inspira proverbios, sentencias y parábolas.
Hacia el año 130, antes de Cristo, el Prólogo del Sirácida o Eclesiástico menciona expresamente los KETUBIM. Pero la vaguedad con la que se habla de estos ESCRITOS en el siglo I, antes de Cristo, parece indicar que aún no se había fijado esta colección tercera del Antiguo Testamento.