Hace décadas que España no realiza estudios sobre abusos a menores… sí propaganda antieclesial

by AdminObra

No interesa la pederastia ni las víctimas, sólo machacar a la Iglesia: un informe de E-Cristians, asociación catalana que promueve la acción social de los católicos en la vida cultural y moral.

 

Allí donde hay niños y adolescentes, acuden, por desgracia, los pederastas y abusadores. Les interesan los sitios donde puedan acceder a muchos, especialmente a los más vulnerables. Centros de menores, centros deportivos, asociaciones de barrio con actividades infantiles, colonias, campamentos… Y luego están los que abusan de los menores en su entorno familiar o semi-familiar. Además, hay nuevas formas de depredar usando Internet y el móvil.

¿Cómo es que de repente en España se ordena una investigación de la Fiscalía, y otra del Congreso al Defensor del Pueblo (de recursos limitados) para investigar la lacra de los abusos a menores limitándose exclusivamente a entornos religiosos, y no en otros entornos? ¿Les interesa prevenir abusos, proteger a los niños y reparar a las víctimas?

¿O sólo interesa golpear a la Iglesia una y otra vez? ¿Son distintas las víctimas de colegios públicos que las de colegios religiosos, las de campamentos religiosos son distintas a las de campamentos municipales?

Esto es lo que investiga un análisis de la asociación E-Cristians, que ha difundido con el título «Informe a la mayoría: La Iglesia como chivo expiatorio y el ocultamiento de la pederastia». El informe revela datos que abreviaremos en 10 puntos.

  1. Los españoles quieren que se investiguen todos los abusos a menores, no sólo en entornos de Iglesia

Una encuesta realizada por DYM para el periódico 20 Minutos los días 16 a 20 de febrero, en plena polémica mediática sobre abusos en España, detectó que sólo un 6% de encuestados decía que las investigaciones sobre abusos a menores debían limitarse únicamente a entornos eclesiales. El 88% pedía que se estudiara la lacra de la pederastia en todos los ámbitos sociales. Incluso los votantes de distintos partidos coincidían: PSOE (90%), PP (91%), Vox (90%), UP (94%) y Cs (98%).

  1. Centrarse en los casos eclesiales es despreciar la mayoría de los casos

En España, la mejor fuente detallada  -con sus limitaciones- sobre abusos a menores es la Fundación Anar. A ella acudieron casi 6.200 menores agredidos en todo tipo de ambientes y circunstancias de 2008 a 2019. Sus datos permiten hacerse una idea del fenómeno.

  1. a) en 2008 supieron de 273 casos, en 2019, de 1.093 casos nuevos;se multiplicó por 4; la tecnología lo ha empeorado con el grooming(seducción pederasta por Internet) y sexting (incitación a hacerse fotos sexuales… que luego compartirán o usarán como chantaje). La tecnología está implicada en un 22% de casos de abusos (y cada vez más).
  2. b)8 de cada 10 víctimas son mujeres;6 de cada diez de estas mujeres son adolescentes. La mitad de los varones víctimas son menores de 12 años.
  3. c) 7 de cada 10 víctimas sufrieron abusos reiterados;la mitad sufrió violencia física o intimidación. Pero en los casos de abuso con penetración, sólo 1 de cada 10 fue con violencia física.
  4. d)en un 38% de casos, el entorno negó los hechos; en un 31%, el entorno justificó o encubrió al agresor; en un 24% el entorno no reaccionó.Un 43% de víctimas tenía intención de denunciar, pero al final solo un 10% formalizó la denuncia. Una de cada 5 denuncias se archivaron por falta de pruebas.
  5. e)1 de cada 3 agresores es el padre; un 6% de agresores son parejas de la madre; las víctimas de «manadas» han pasado de un 2% a un 10%;las víctimas -adolescentes- de novios y exnovios han pasado del 3% al 6%.
  6. f) por cada delito de abuso cometido por un sacerdote, 5 han sido cometidos por monitores, 18 por maestros y profesores,26 por relaciones iniciadas por internet, 50 por su pareja o expareja y 72 por un amigo o compañero[si bien los monitores o profesores abusadores pueden moverse también por entidades eclesiales].

Todo esto muestra una gran variedad de ataques a menores, donde se mantiene el abuso intrafamiliar, crece el abuso online, las manadas y los exnovios adolescentes dañinos y donde la importancia del clero es mínima (entre 0,2 y 0,4% de casos estudiados en Anar).

  1. ¿A qué se dedica la Fiscalía?

En 2019, El País empezó su campaña española sobre pederastia en la Iglesia Católica… y sólo en ella. En coordinación, el Ministerio de Justicia español, presidido por la socialista Dolores Delgado, pidió a Fiscalía un informe «sobre el número y el estado de las diligencias abiertas actualmente sobre agresiones y abusos sexuales a menores cometidos en el seno de congregaciones, colegios o cualquier otra institución religiosa». Fiscalía respondió que no tenía datos sobre entornos religiosos, sólo datos sobre las denuncias en general: 1.091 acusaciones en 2018 (737 condenas, dos tercios de abusos; el resto agresión, provocación y exhibicionismo); 965 denuncias en 2017 (560 condenas ese año). Fiscalía hizo un anuncio pidiendo a quien «supiera algo» que denunciase.

Después, sin datos específicos sobre entidades religiosas, el Ministerio publicó un informe en verano de 2019, que no aportaba datos y se limitaba a señalar como sospechosas las entidades eclesiales, algo que criticaron con fuerza y argumentos desde Escuelas Católicas. Todo ese movimiento de Ministerio y Fiscalía ni aportó datos útiles ni suscitó buenas prácticas.

Más adelante, en febrero de 2022, la socialista Dolores Delgado (que dejó de ser ministra para pasar a ser Fiscal General) volvió a pedir que cada fiscalía de España le informara de cuántos casos de abusos sexuales a menores se tramitaban relacionados con instituciones religiosas. Se supo que eran 68 casos, incluyendo algunos prescritos, pero la Fiscalía no desglosó esos casos ni los detalló: no se sabe su gravedad, ni siquiera a qué religiones afecta… Además, esos casos se enmarcaban en la campaña de El País animando a denunciar incluso casos antiguos.

Nada de todo esto parece útil en la lucha contra la pederastia, pero sirve para generar titulares contra la Iglesia.

  1. El diario El Paísy el Gobierno socialista, coordinados

Según el informe de E-Cristians, el Gobierno no da ningún paso para ayudar víctimas ni prevenir abusos. Sólo colabora en «una campaña iniciada por el diario El País, que tiene como objeto “marcar” a los miembros de la Iglesia católica, asociándolos a la pederastia y dejando fuera de foco la dimensión social de este delito y, de hecho, encubriendo la importancia de otros sujetos mediante el uso de un chivo expiatorio en las personas vinculadas a la Iglesia católica. La campaña ha llegado a un extremo tal que ha habilitado un teléfono para denuncias anónimas, estimulando casi todo tipo de abusos y arbitrariedades, que el propio periódico alienta y recoge. Nada más lejos de la deontología mínima de un medio de comunicación».

  1. Abusos en la izquierda, minimizados o escondidos

Hace 30 años que la prensa habla insistentemente de los abusos en entornos católicos, mientras que los abusos en otros entornos apenas reciben alguna atención esporádica.

El papa emérito Benedicto XVI denunciaba en 2019 que «parte de la fisonomía de la Revolución del 68 fue que la pedofilia también se diagnosticó como permitida y apropiada”. E-Cristians señala textos de la élite intelectual francesa que ya apuntó el sociólogo Javier Elzo: las obras de Pierre Verdrager, L’enfant interdit: Comment la pédophilie est devenue scandaleuse (2013), y de Anne-Claude Ambroise-Rendu, Histoire de la pédophilie: XIXe-XXIe siècles (2014). (Citados por Javier Elzo en Deusto Journal of Human Rights/Revista Deusto de Derechos Humanos).

Esas élites justificaban la pedofilia en los años 70 y 80. Michel Foucault y Daniel Cohen-Bendit afirmaban que habían mantenido relaciones con niños. En enero de 1977 Le Monde publicó una carta firmada por intelectuales como Louis Aragon, Roland Barthes, Simone de Beauvoir, Patrice Chéreau, Gilles et Fanny Deleuze, André Glucksmann, Guy Hocquenghem, Bernard Kouchner, Jack Lang, Jean-François Lyotard y Jean-Paul Sartre, protestando por una prisión provisional larga a unos pederastas: «Tres años de prisión por abrazos y besos [sexuales, a menores de edad] es suficiente”. De hecho, en la Declaración de los Derechos del Niño de la ONU, de 1959, no había referencia al abuso sexual, y no la hubo hasta 1989. Gran parte de los casos de abusos en entornos eclesiales que salen a la luz ahora se enmarcan en esa época.

«En la cultura heredera del Mayo 68 toda una corriente era partidaria de despenalizar la relación sexual con los niños, y muchos de sus líderes eran líderes intelectuales sobre todo en Francia. ¿Por qué no se censuran ahora las actitudes de personajes como Michel Foucault Simone de Beauvoir, Gilles Deleuze, André Glucksmann, Bernard Kouchner, Jack Lang, Jean-François Lyotard o Jean-Paul Sartre?«, denuncia E-Cristians.

De hecho, recuerda la asociación, «en una fecha tan reciente como en 1998 se publicó un notable estudio, bajo el patrocinio de la Asociación Americana de Psicología (APA), en el que tres investigadores (Rind, Tromovitch, Bauserman 1998) dudaban de que estas relaciones (adulto con menor) fueran siempre dañinas y pedían que «un encuentro voluntario con reacciones positivas» se etiquete como «simplemente sexo adulto-niño»».

El presentador de la BBC Jimmy Savile cometió delitos sexuales contra 70 mujeres y niñas, pero no se investigó hasta 2011, un año después de su muerte. Toda una cultura del encubrimiento lo protegía… aunque en esos años ya abundaban denuncias sobre casos eclesiales.

  1. El factor homosexual, ocultado

Mientras en los datos de Anar 8 de cada 10 víctimas son niñas y chicas adolescentes, en los entornos eclesiales la inmensa mayoría de abusos son homosexuales. Más en concreto , son hombres homosexuales interesados en chicos de 11 a 14 años. Los estrictamente pedófilos interesados en niños más pequeños son minoría.

E-Cristians recuerda que «todavía existe la organización Nambla, que significa North American Man/Boy Love Association. Esta organización, radicada en Nueva York y San Francisco, defiende que no debe haber una edad mínima para mantener relaciones sexuales entre personas. Es, por tanto, una organización de activismo pedófilo que fue creada en 1977. Pero, lo más interesante del caso es que formaba parte de ILGA, la Asociación Internacional de Gais y Lesbianas desde 1983. Era un miembro de pleno derecho y solo fue excluida de la internacional gay y lésbica cuando esta entidad pidió ser miembro de las organizaciones no gubernamentales de Naciones Unidas».

  1. Décadas de desinterés del Gobierno por los abusos a menores

Pero, ¿cuántos estudios de prevalencia sobre abusos a menores en la sociedad en general se han realizado en España? E-Cristians solo encuentra dos y muy antiguos: el de Félix López Sánchez de 1996 (encargado por el Ministerio de Asuntos Sociales) calcula que un 15% de chicos y un 22% de chicas habían sufrido abusos o agresiones sexuales. En el País Vasco, sería un 10% de varones y un 14% de mujeres, según un estudio de De Paúl, Milner y Múgica (1995).

«Esto ya da idea del desinterés político, académico y mediático», lamenta la asociación. Pone otro ejemplo: en 2006, en el 8º Congreso Estatal sobre la “Infancia maltratada”, cuyo comité de honor presidía el ministro socialista de Asuntos Sociales, Jesús Caldera, apenas se comentaban algunos casos individuales de abusos a menores, sin hacer ningún diagnóstico ni proponer líneas de trabajo.

Tampoco parecen interesar tanto los abusos hoy cuando se producen a jóvenes vulnerables en instituciones tuteladas por la administración autonómica en Valencia o en Baleares, además de los casos «más dudosos, pero también noticia de prensa», en la Comunidad de Madrid.

Reportaje breve sobre los 175 casos de abusos a menores tutelados por la Comunidad Valenciana, investigado por el Síndic de Greuges

El desinterés del Gobierno sigue… sólo interesan los casos en entornos católicos, y solo para generar titulares.

  1. Las entidades eclesiales, las que más medidas han tomado en décadas recientes

«Se sitúa el foco solo sobre la Iglesia Católica, dando vueltas a un molino que poco nuevo aporta, con el agravante de que esta institución es de las pocas en todo el mundo que desde hace más de una década viene tomando medidas para subsanar, prevenir e indemnizar los casos que pueden producirse. No hay ninguna otra institución que haya abordado con tanta constancia e intensidad este problema. No lo han hecho las corporaciones profesionales dedicadas, por ejemplo, a la enseñanza o práctica deportiva, en las que son numerosos los casos de abuso. No lo han hecho los poderes públicos a pesar de que abundan los casos en los ámbitos de su responsabilidad, y ni siquiera lo ha hecho Naciones Unidas, sobre la que, no solo pesan abundantes denuncias de abusos, sino también de explotación sexual de menores con cargo a miembros que se encontraban en el ejercicio de misiones bajo la responsabilidad de esta institución», detalla el informe.

  1. La anomalía española

En todo el mundo, desde hace 3 décadas, la prensa insiste en los abusos sexuales en entornos católicos mientras no le interesa lo que sucede en otros entornos con la pedofilia, la pederastia y el tráfico de pornografía infantil.

Pero E-Cristians considera que en el caso de España se dan algunas anomalías especialmente graves:

1) Que haya dos investigaciones a la vez (el Defensor del Pueblo por encargo del Parlamento, y la de la Fiscalía), con antecedentes ineficaces como el de la Fiscalía en 2019 y el del Síndic de Greuges en Cataluña en 2019, centrado en casos eclesiales, sin resultados concretos porque encontraron poquísimos casos, la mayoría anteriores a 1980. Estas investigaciones pueden interferir entre ellas y, en cualquier caso, buscan la «pena de telediario».

2) Que investiguen sólo entidades «religiosas» (la Fiscalía) y católicas (el Defensor del Pueblo). «¿Cuál sería la reacción si se planteara en el Congreso la constitución de una Comisión para estudiar los delitos de robo con violencia, pero sólo los cometidos por gitanos o inmigrantes? Con razón se acusaría a la iniciativa de racismo y xenofobia», advierte E-Cristians.

3) Que todo se enmarque en la línea del periódico El País, afín al socialismo

  1. Lo que deberían hacer los políticos españoles

E-Cristians cree que los políticos han de ordenar que se investiguen y combatan todos los abusos.

  1. a) «Que se estudientodos los casoscometidos, y no solo el de una arbitraria ínfima minoría por el hecho de pertenecer a la Iglesia católica».
  2. b) «Que se precise el objeto, la tipificación de los presuntos delitos, el perfil de las víctimas, menores masculinos o femeninos, larelación corporativa de los autores, las responsabilidades de las administraciones públicasy el periodo de tiempo que debe comprender la investigación»
  3. c) Que la Comisión [del Congreso y el Defensor del Pueblo] «no inicie sus tareas hasta que la instancia fiscal haya finalizado las suyasy presentado su informe».
  4. Lo que debería hacer la Iglesia

El poder político quiere usar a la Iglesia de chivo expiatorio y la Iglesia española deja que sea así. «Las comisiones eclesiales para tratar el tema, sin al mismo tiempo reclamar enérgica y persistentemente de las autoridades, comisiones para indagar el delito de pederastia en su totalidad, son un error de dimensión histórica. La voz de la denuncia profética contra el abuso de la infancia todavía debe hacerse oír«, apunta E-Cristians. Sin esa denuncia, la Iglesia «contribuye, aunque no sea su voluntad, a mantener el ocultamiento de este mal social a base de seguir haciendo de chivo expiatorio«.