Continuando…
Del Bautismo, simbólicamente hablando, también se puede decir que es:
- PURIFICACIÓN DEL PECADO: pues se da una progresiva introducción en el reino de la justicia y santidad.
En el catecumenado se emprende ya el itinerario de la conversión (que durará toda la vida); los exorcismos y la unción prebautismal se interpretan como “catarsis”.
El simbolismo del baño como ablución lleva a ver en la piscina bautismal el sepulcro del pecado y el horno que purifica el oro de su magma; las figuras bíblicas del Diluvio y de la Curación de Naamán vienen a reforzar este simbolismo.
La fuerza purificadora de la Eucaristía pondrá el broche de oro a todo el proceso.
- INCORPORACIÓN A CRISTO: se da, asimismo, progresiva comunión con la Persona y el Misterio de Cristo. Todo el proceso iniciático está orientado desde el principio en esta dirección.
La catequesis es una iniciación al Misterio de Cristo.
Las unciones y signaciones son etapas de una gradual toma de posesión por parte de Cristo.
El rito de la adhesión a Cristo antes del bautismo sintetiza bien el sentido de la Vida Nueva que inaugurará el sacramento.
El rito bautismal es PRIMORDIALMENTE, SIMBÓLICA y REALMENTE, participación en la Muerte-Resurrección de Cristo.
La unción crismal vendrá a consolidar esta primera configuración con Cristo.
La Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor, sellará definitivamente la incorporación a Cristo.