Misas a las 9, 12, y 19:30 (solemne), seguidamente la Procesión.
La devoción a la Mater Dolorosa, muy extendida sobre todo en los países mediterráneos, se desarrolló a partir de finales del siglo XI. El Papa Pío VII introdujo la celebración en el calendario litúrgico romano en 1814; y Pío X fijó la fecha definitivamente en el 15 de septiembre. Testimonio de la antigüedad de esta devoción es el Stabat Mater, atribuido al Beato Jacopone da Todi (1230-1306). En el s. XV encontramos las primeras celebraciones litúrgicas de María dolorosa al pie de la Cruz. No hay que olvidar que en 1233 se fundó la Orden de los frailes «Siervos de María», que contribuyó en gran medida a la difusión del culto a Nuestra Señora de los Dolores, hasta el punto de que en 1668 se les permitió celebrar la Misa votiva de los Siete Dolores de María. En 1692, el Papa Inocencio XII autorizó la celebración de los Siete Dolores de la Santísima Virgen el tercer domingo de septiembre. En 1814, el Papa Pío VII extendió esta fiesta litúrgica a toda la Iglesia, incluyéndola en el calendario romano. Finalmente, en 1913 el Papa Pío X fijó la fecha definitiva en el 15 de septiembre, justo después de la celebración de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), cambiando el nombre de la Memoria: de los “Siete Dolores” a “Nuestra Señora de los Dolores”.