FESTIVIDAD DE JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

by AdminObra

Después del Envío del Espíritu Santo con el que finalizaba el Tiempo Pascual, se retomaba la segunda parte del Tiempo Ordinario ya que la Cuaresma y la Pascua interrumpen este Ciclo Litúrgico, el más largo del año. Y durante las dos primeras semanas se suceden diversas fiestas como La Santísima Trinidad, el Corpus Christi y Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, así como el Corazón de Jesús o el Inmaculado Corazón de María.

Precisamente, hoy jueves posterior a Pentecostés celebramos esta Fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, cuyas raíces comienzan casualmente en nuestro país y se extiende a todo el orbe cristiano. Es la Carta a los Hebreos la que resalta especialmente que Cristo tiene el Sacerdocio definitivo que nunca pasa y que habiendo entrado una vez para siempre en el Santuario del Padre con una sola ofrenda ha anulado los anteriores sacrificios de la Antigua Alianza.

También recuerda en otro Pasaje que tenemos un Sumo Sacerdote capaz de compadecerse de nuestras debilidades y abogar por todos nosotros ante el Padre. La tradición de esta festividad se remonta a principios del siglo XX ya que algunos Misales traían esta conmemoración. En 1971 se introduce y en 1973 el obispo de Valencia Don José María García Lahiguera, incrementa sus esfuerzos en bien de que sea vivida en toda la Iglesia.

Al principio se fija para cada 22 de agosto, pero posteriormente se traslada al jueves de la Semana del Tiempo Ordinario, inmediatamente después de Pentecostés tal y como la conocemos ahora. El mismo Prefacio de la Misa del día señala cómo Dios nos ha dado a todos un sacerdocio común por el Bautismo y cómo ha querido que, de entre el Pueblo fiel, algunos participasen de su Ministerio para hacerle Presente y santificar a los fieles mediante los Sacramentos y el servicio.