En el día de ayer, 25 de marzo, coincidiendo con la Solemnidad de la Anunciación y el 30º aniversario de la encíclica Evangelium Vitae de San Juan Pablo II, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida del Vaticano presentó una importante guía pastoral titulada «La vida siempre es buena».
Este documento tiene como objetivo fortalecer el compromiso de la Iglesia Católica en defensa de la vida y la dignidad humana frente a las graves violaciones que se observan alrededor del mundo.
La Iglesia y la defensa de la vida humana
Según el propio dicasterio, la guía surge como resultado de un diálogo constante con los obispos y refleja una preocupación genuina por responder a los desafíos contemporáneos que afectan la vida y la dignidad humana en todas sus etapas. El marco pastoral se estructura en diez secciones, cada una diseñada para proporcionar herramientas claras y prácticas a los obispos, sacerdotes y líderes laicos involucrados en la pastoral provida.
En primer lugar, la guía propone a los pastores identificar claramente cuáles son los principales desafíos contemporáneos contra la santidad de la vida humana.
Este paso inicial es fundamental para establecer un diagnóstico certero de las amenazas actuales, tales como el aborto, la eutanasia, la violencia contra niños y mujeres, la discriminación hacia los migrantes y los ancianos, así como las condiciones laborales injustas que ponen en riesgo la vida de muchas personas.
Estrategias pastorales para proteger la vida
Una vez identificados estos desafíos, el documento invita a los líderes diocesanos a visualizar un futuro mejor, ofreciendo así una perspectiva esperanzadora que movilice a las comunidades hacia acciones concretas en defensa de la vida.
En este sentido, se anima a establecer metas generales y específicas que sean realistas y alcanzables, para lo cual es necesario implementar líneas de acción claras que permitan alcanzar estas metas, así como mecanismos de seguimiento para garantizar su cumplimiento efectivo.
Como señaló el cardenal Kevin Farrell en la presentación de esta guía, hoy en día se observan «gravísimas violaciones de la dignidad humana». Por ello, es urgente una respuesta pastoral coordinada y eficaz.
El cardenal enfatizó especialmente la necesidad de proteger a los más vulnerables, recordando las palabras del Papa Francisco, quien ha denunciado repetidamente las múltiples formas en que la vida es atacada hoy en día.
El Papa Francisco ha señalado claramente que el aborto, la eutanasia, la violencia, la guerra y la pobreza extrema son todos atentados directos contra la vida humana.
Para el Papa Francisco «amar la vida significa cuidar siempre al otro, desearle lo mejor, cultivar y respetar su dignidad trascendente».
Siguiendo esta línea, la guía del Vaticano llama a una pastoral integral que abarque desde la protección del no nacido hasta el respeto por las personas mayores, las personas con discapacidad, los migrantes y todos aquellos que sufren cualquier tipo de marginación o violencia.
Finalmente, la última sección del marco, denominada «Misión: Sembrar semillas de esperanza», proporciona directrices prácticas sobre cómo articular acciones concretas en las diócesis y parroquias para promover una cultura de la vida.
Se sugiere un proceso de discernimiento comunitario, en el que todos los actores pastorales –trabajadores, educadores, padres, jóvenes y niños– puedan ser adecuadamente formados en la comprensión y el respeto profundo de la dignidad de toda vida humana.
Este nuevo marco pastoral, «La vida siempre es buena», se presenta como un instrumento valioso para la renovación del compromiso provida en toda la Iglesia Católica, buscando que las comunidades cristianas sean auténticos lugares de esperanza y promoción integral de la dignidad humana.