Sin descartar que durante el Martes Santo se celebrara una memoria de la Institución de la Eucaristía, lo cierto es que dicha memoria es celebrada ya el año 380, en algunos lugares, el Jueves Santo a la hora de nona.
El Concilio de Cartago, del año 397, designa este día con el nombre de “In Coena Domini”, nombre que ha permanecido en la Liturgia Romana.
En tiempo de San Agustín se celebraban en África dos misas: la primera para poner fin al ayuno, y la segunda para conmemorar la Institución de la Eucaristía. Esta última se celebraba por la tarde, y ya entonces comenzó la costumbre de celebrarla después de la cena, para imitar más exactamente lo que hizo el Señor.
En Jerusalén ocurría algo semejante según el testimonio de Egeria. Se decían dos misas: una a las dos, y otra a las cuatro de la tarde, comulgando los fieles en esta última.
Al principio del siglo VI, en Roma sólo existía la reconciliación de los penitentes, con la cual finalizaba la Cuaresma.
A finales de este siglo ya existía una celebración eucarística para conmemorar la Cena del Señor.
En el siglo VII se celebraban dos misas: una por la mañana, con la reconciliación de los penitentes, y otra por la tarde, conmemorando la institución de la Eucaristía. Existía, además, una tercera misa, que celebraba el Papa en San Juan de Letrán, en la que consagraba los óleos (Misa Crismal) que se empleaban en los sacramentos de la iniciación cristiana durante la Vigilia Pascual.
En el siglo VIII desapareció la misa de la mañana y con ella la reconciliación de los penitentes.
En el siglo XVI la misa vespertina se trasladó a la mañana.
Píos XII, en la reforma de 1955, la restituyó a su lugar primitivo, lugar en que la ha confirmado la reciente reforma.
Actualmente se celebran dos misas en este día: la Misa Crismal y la llamada “In Coena Domini”. La primera la concelebran por la mañana el obispo y su presbiterio. En ella los sacerdotes renuevan sus compromisos, se bendicen los óleos y se consagra el crisma. Esta misa se encuadra todavía en la Cuaresma.
La Misa “In Coena Domini” se celebra en las horas vespertinas y con ella comienza el Triduo Pascual.