EL PURGATORIO

by AdminObra

Las Almas de los justos que en el instante de la muerte están gravadas por pecados veniales o por penas temporales debidas por el pecado van al Purgatorio.

El Purgatorio (lugar de purificación) es un lugar y estado donde se sufren temporalmente castigos expiatorios.

Los Concilio de Lyon y Florencia declararon que las Almas que partieron de este mundo en caridad con Dios, con verdadero arrepentimiento de sus pecados, antes de haber satisfecho con verdaderos frutos de penitencia por sus pecados de obra y omisión, son PURIFICADAS después de la muerte con las penas del lugar.

En el Purgatorio se distinguen, de manera análoga al infierno, una PENA DE DAÑO y una PENA DE SENTIDO.

La pena de daño consiste en la dilación temporal de la visión de Dios. El Alma sabe que esa situación es temporal y posee la certeza de que al fin conseguirá la bienaventuranza. Ellas suspiran por unirse a Dios, y ese retardo les resulta tanto más doloroso.

La pena de sentido consiste en un fuego como instrumento externo de castigo. Los concilios no han querido precisar más la esencia de este fuego. En todo caso, es como algo que quema y purifica.

La remisión de los pecados veniales no perdonados se efectúa por un ACTO de CONTRICCIÓN PERFECTA realizado justo al entrar en el Purgatorio. Este acto no aminora ni suprime la pena (ya no hay posibilidad de merecer), sino la remisión de la culpa.

Las penas temporales debidas son cumplidas en el Purgatorio por medio de la llamada SATISPASIÓN (sufrimiento expiatorio) aceptando voluntariamente los castigos purificativos impuestos por Dios.

El Purgatorio no subsistirá después del Juicio Universal o Final. Sólo habrá Cielos o Infiernos.

Para cada Alma, durará hasta que logre la completa purificación de todo reato (o reliquia de culpa) y pena temporal.