En el domingo siguiente al 6 de enero, que ocupa el lugar del “primer domingo del tiempo ordinario”, la Iglesia celebra la fiesta del Bautismo del Señor.
El misterio de esta Fiesta está expresado en el Bautismo de Cristo en el Jordán, el cual otorga un sentido nuevo al bautismo; en ese momento se reconoce la presencia de la Palabra encarnada en el mundo; y se proclama el mesianismo de Jesucristo ante los hombres.
Hay, pues, tres grandes aspectos a conocer:
- La divinidad de Jesucristo (‘Éste es mi Hijo’);
- La manifestación de la salvación realizada por El (‘Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado’);
- Su unción mesiánica.
Es un acontecimiento ‘epifánico’, como el que celebramos en el día de ayer, y del cual forma parte.
El Padre reconoce y derrama su gloria sobre su Hijo, y lo ungirá con su Espíritu Santo que lo acompañará a lo largo de su misión entre los pecadores.