DIÓCESIS, ¿QUÉ SON? – 4

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En la elección de obispos intervinieron muchas veces emperadores y príncipes, a pesar que la disciplina universal, formulada en el Concilio de Nicea (325), que el obispo electo debía ser aprobado por otros obispos.

El Concilio de Nicea había prohibido también los traslados episcopales y, en general, el paso de clérigos mayores de una a otra iglesia.

El Concilio de Sárdica (343) decretaría graves penas canónicas contra la práctica de mudar de sede, algo muy frecuente entonces a causa de las controversias arrianas.

El fundamento escriturístico para estos cánones que prohibían los traslados episcopales era, según la doctrina de los Santos Padres, la indisolubilidad del matrimonio: en un sentido alegórico se estimaba que el obispo se desposaba espiritualmente con su iglesia.