- El 6 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, un día de fiesta y acción de gracias porque juntos logramos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás. Una realidad posible, como muestra esta publicación, gracias al tiempo, las cualidades, la oración y el apoyo económico de todo el pueblo de Dios.
Queridos diocesanos: al echar la vista atrás sobre los acontecimientos del pasado año 2021, lo primero que pasa por mi cabeza y, sobre todo, por mi corazón, es un inmenso agradecimiento a Dios. En medio de este escenario incierto y confuso, en el que se han derribado tantas certezas meramente humanas y tantas ilusiones se han desvanecido, la experiencia de que Dios camina a nuestro lado, que se involucra en nuestra historia y que nos acompaña en nuestra vida, resulta tan consoladora como real.
Seguimos celebrando el Año Santo y observamos cómo el Señor ha entrado en nuestras vidas. Lo ha hecho para quien inició el camino desde una perspectiva no estrictamente vinculada a la fe y para quien lo hizo desde su visión creyente.
La Iglesia diocesana la formamos todos. Somos una gran familia, y una parte esencial de la misma la componen aquellas personas, hombres y mujeres, que están siempre “ahí”, dando su amor, su ayuda, su trabajo, su apoyo a los demás y sobre todo a los necesitados. Para ellas también nuestro más sincero reconocimiento y agradecimiento.
«La riqueza es lo que somos, no lo que tenemos».
«El servicio es también obra nuestra, el esfuerzo es lo que hace fructificar nuestros talentos y da sentido a la vida: de hecho, no sirve para vivir el que no vive para servir. ¿Pero cuál es el estilo de servicio? En el Evangelio, los siervos bue- nos son los que arriesgan. No son cautelosos y precavidos, no guardan lo que han recibido, sino que lo emplean. Porque el bien, si no se invierte, se pierde; porque la grandeza de nuestra vida no depende de cuánto acaparamos, sino de cuánto fruto damos» (Francisco, Homilía en la Jornada Mundial de los Pobres, 15 de noviembre de 2020). En 2021, gracias a la colaboración y ayuda de nuestros diocesanos se han destinado 3.842.000 € a actividades pastorales, asistenciales y educativas, y por parte de Cáritas diocesana, en nuestra diócesis se han atendido a 40.557 personas.
Se avecinan tiempos de in- certidumbre y posiblemente, por desgracia, de más pobreza. El 6 de noviembre de 2022 celebraremos el Día de la Iglesia Diocesana. La colaboración de los diocesanos, en todas las facetas, económica, humana y pastoral, así como su disponibilidad para ponerse al servicio de las necesidades de la diócesis es esencial y muy necesaria. Hay que seguir mirando al futuro para ver qué podemos seguir haciendo. Muchas personas nos necesitan.
Os saluda con afecto y bendice en el Señor.
+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.