DESDE AYER Y HASTA HOY, SE PUEDE LUCRAR INDULGENCIA PLENARIA: LA PORCIÚNCULA

by AdminObra

Una de las manifestaciones de la misericordia infinita del amor de Dios la podemos encontrar en el “perdón de Asís” también conocido como “la Indulgencia Plenaria de la Porciúncula”, que se celebra desde mediodía del primero de agosto hasta medianoche del 2 de agosto.

Según el Código de derecho canónico y el Catecismo de la Iglesia católica, la indulgencia es “la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos».

Se trata de una forma de perdón que el fiel obtiene tras el arrepentimiento de sus pecados y la Iglesia actúa de mediadora entre Dios y la persona que ha pecado. De esta manera, una vez que el fiel ha obtenido la Indulgencia Plenaria, se encontrará libre de pecado y absuelto de cumplir pena en el purgatorio.

Es importante saber dos aspectos que tienen que ver con la obtención de la Indulgencia Plenaria. En primer lugar, que los fieles pueden acudir a cualquier iglesia en cualquier parte del mundo para obtener este don (ya sea en la misma Porciúncula, como una iglesia Franciscana, una iglesia Parroquial o una iglesia que goce de la misma indulgencia). En segundo lugar, que la Indulgencia Plenaria se puede obtener cualquier día del año en la Porciúncula de Asís, mientras que en el resto de iglesias tan sólo los días 1 y 2 de agosto.

Además, tal indulgencia no sólo se puede ganar para uno mismo, también se puede ganar para una persona ya difunta, pero nunca para una persona aún viva. Y para ganarla, son necesarias una serie de condiciones, que citamos a continuación:

– Visitar una iglesia que tenga dicho indulto y rezar tanto el Credo (para confirmar la propia identidad cristiana) como el Padre nuestro ( para confirmar la propia dignidad de hijos de Dios).

– Recibir el sacramento de la Reconciliación para estar en la gracia de Dios (durante los 8 días anteriores o posteriores).

– Participar en la Santa Misa y la Comunión Eucarística.

– Rezar según las intenciones del Santo Padre (para ello es necesario elegir al menos una oración entre el Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre u otra).

– Excluir cualquier afecto al pecado, incluso venial.