CONTRIBUCIÓN DEL BEATO DUNS SCOTO PARA EL TRIUNFO DEL “INMACULISMO”

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Juan Duns Scoto (+1308), franciscano, era discípulo del también franciscano inglés Guillermo de Ware (s. XIII) que introdujo dentro de la controversia sobre la inmaculada concepción de la Santísima Virgen la idea de la “preservación”.

Juan Duns Scoto dará, prácticamente, la solución definitiva a esta controversia, aunque tardaría todavía cinco siglos en ser dogmáticamente definida.

Conocido, pues, como el “Doctor de la Inmaculada”, tratará el tema con enorme meticulosidad, por ello también es conocido como el “Doctor sutil”.

Indica que existían tres posibilidades a cerca de la relación de la Virgen María con el Pecado Original. A saber:

  • Que no se encontró jamás en el Pecado Original.
  • Que se encontró en el Pecado Original sólo por un momento.
  • Que fue liberada de él después de un cierto tiempo.

Duns Scoto dijo que sólo Dios sabe cuál de estas tres posibilidades fue realizada, pero si no se opone a la autoridad de la Iglesia o de la Escritura, hay que pensar que se le haya atribuido a la Virgen María la más noble de las tres.

María había sido prevenida por la gracia del Mediador; y como los pecadores tuvieron necesidad de Cristo para que por su Mérito les fuera perdonado el pecado contraído, no cometido, así Ella con mayor razón necesitó de un Mediador que previniese el pecado, a fin de que no se diese nunca por parte de Ella la necesidad de contraerlo y para que de hecho no lo contrajese.

Es decisiva la idea de que Dios preservó a María del Pecado Original en vista de los méritos de Cristo. De este modo, la santidad perfecta de María no es separada de la Redención, sino fundada en ella.

Después de las intervenciones de Scoto, la doctrina de la Inmaculada Concepción deberá solo encontrar consensos, porque estaba formulada ya en su sustancia.