“Jesucristo, nuestro Padre en el orden de la Gracia”
Ya en la Antigüedad apareció el título de “padre” aplicado a Jesucristo. No fue lo más frecuente. Hay un pasaje famoso de San Melitón de Sardes que es una homilía sobre la Pascua que aporta la clave para entender correctamente el uso de este peculiar título cristológico: “El no es todo; en cuanto juzga, El es la Ley, en cuanto enseña, El es el Verbo, en cuanto salva, El es la gracia, en cuanto engendra, El es Padre”.
En esta línea, y mucho más cercano a nosotros, fray Luis de Granada, O.P. (1505-1588), uno de los autores más fecundos de espiritualidad de todos los tiempos, incide en la clave que permite la exacta comprensión del título que venimos estudiando “Teníamos, pues, necesidad de un tal santo, que nos santificase, de un salvador que nos salvase, de un padre que nos reengendrase, de un rey que nos defendiese, de un sacerdote que por nosotros rogase, y de un sacrificio que por nosotros se ofreciese, de un reconciliador que nos hiciese amigos con Dios, y de un fiel abogado y medianero que por nosotros entreviniese”.
Del mismo modo, fray Luis de León. O.S.A. (1527-1591), afirma que se le aplica el título de “Padre del siglo futuro, porque la salvación que el hombre pretende, no se puede alcanzar, si no es engendrado otra vez; y así Cristo, no fuera nuestro Jesús, si primero no fuera nuestro engendrador, y nuestro padre”.
San Juan de Ávila atribuye a Cristo el título de “Padre del siglo futuro” con un sentido familiar al comentar Is 9, 6. Reiteradas veces invoca a Cristo, cuyo amor es tierno como el de una madre; e, igual que las madres, nos parió en la cruz con grandes dolores.
Coussel, al mismo tiempo, afirma que “deben los padres tener presente que Jesucristo quiso tomar la cualidad de padre de los cristianos según el espíritu y quiso tener hijos adoptivos de los que es madre la Iglesia”.
Continuará…