Consagración a San José – Día 18

Pediremos a San José que nos enseñe a vivir esa vida sencilla de silencio, cargado de oración, y estudio, esa vida de amor familiar, esa vida de trabajo. Vida sencilla, vida de amor, vida de familia, vida de pobreza, vida de sacrificio, vida de fe, vida de oración.

Pablo VI gustaba de imaginar a la Sagrada Familia llevando una existencia del todo corriente. Lo que más edificaba al Santo Padre era “ver” en ellos una vida común. Los padres del Niño, sabiendo que era Dios, vivían de fe.

La vida de ellos fue una vida como la nuestra. Con sus sinsabores y decepciones. También sufrirían, aunque ello nos quede velado.

Todo muy sencillo. Sin milagros extraordinarios. Pero con mucha caridad. Que San José nos ayude a llevar una vida sencilla y ordinaria. Tranquila como verdadero Don de Dios.