CONOCIENDO A LOS SANTOS PADRES

by AdminObra

Comenzamos una sencilla sección para conocer a los Santos Padres, esas figuras llenas de santidad personal y ciencia teológica que fueron esenciales para que continuase la extensión del cristianismo a medida que iban desapareciendo los Apóstoles concluyéndose, así, la era apostólica.

Lo haremos paulatinamente, y de un modo llano y lo más asequible posible para todos, de modo que adquiramos unos conocimientos básicos de este elenco de autores cristianos que suscite el deseo de profundizar en sus vidas y en sus escritos, y en las áreas geográficas en la que actuaron, pues es un dato lleno de interés para distinguir, por ejemplo, los distintos estilos y escuelas que los distinguían y los caracterizaban, dentro de la pluralidad que habita en el seno de la Iglesia como garantía de su unidad.

Fueron santos que, en los primeros siglos del cristianismo, hasta el siglo IX, engendraron y formaron la Iglesia con la fuerza de su fe, y la profundidad de sus enseñanzas, y con su martirio tantas veces.

Se les considera: PADRES, CONSTRUCTORES, TESTIGOS, MAESTROS.

PADRE, porque dieron a las primeras comunidades cristianas la vida de la verdadera fe en Jesucristo, y la verdadera vida cristiana. Padres en la fe, pues. Defendieron a sus hijos, el resto de los cristianos, de las herejías y corrupciones de la verdad que se daban en aquellos primeros siglos con su estilo lenguaje y filosofía propias.

CONSTRUCTORES, pues a ellos se les debe las primeras estructuras fundamentales de la Iglesia, o el desarrollo, por ejemplo, de la jerarquía querida por el Maestro. Sus enseñanzas contribuyeron a elaborar la organización de las comunidades, la liturgia, la catequesis, la teología, la evangelización.

TESTIGOS, porque no renunciaron a la Tradición recibida de los Apóstoles y sus discípulos. Es el papel más destacado que se les reconoce. Recibieron del Colegio Apostólico, y transmitieron a las generaciones coetáneas, de modo que solidificasen fuertemente los cimientos de la Iglesia.

MAESTROS, pues de ellos nos vienen las primeras enseñanzas sobre cómo interpretar la Sagrada Escritura; cómo entender el misterio de Cristo; cómo acoger la salvación y la Gracia; cómo desarrollar la vida de la Iglesia, tanto internamente como en diálogo con la cultura del momento.

Será un recorrido, el que hagamos, lento y pausado, a lo largo de la geografía del mundo antiguo, desde el siglo I hasta el siglo VII, por lo menos. Nos encontraremos en Asia Menor, Norte de África, Siria, Capadocia, Armenia, Georgia, Grecia, y en las grandes capitales de aquel entonces: Roma, Alejandría, Jerusalén, Antioquía, Constantinopla, etc.