CONOCIENDO A LOS PROFETAS – ISAÍAS – 44

by AdminObra

ENSEÑANZA: los pecados de Jerusalén y de Judá

La contrapartida a la grandeza de Dios es la pequñez del hombre, especialmente cuando peca.

Desde su visión inicial, Isaías contempla, ante la santidad de Dios, a la criatura débil y llena de pecado.

El hombre que debería reconocer a su Creador, se subleva obstinadamente contra El.

El pecado es una rebelión contra Dios. No es algo liviano.

La vanidad de las mujeres, la indiferencia religiosa, el apego a las riquezas, la seguridad en las fortificaciones militares, los apaños políticos y diplomáticos, son muestras de desconfianza en Dios

El castigo divino debe significar una humillación del hombre y en eso consistirá el “día del Señor”.

Los rebeldes y orgullosos deben desaparecer. Toda altanería y toda altivez serán abatidas.