Los más conocidos son los denominados “profetas escritores”, aquellos que han pasado a formar parte del canon de la Biblia por sus escritos, y no meramente a salir mencionados en libros bíblicos del AT junto con sus oráculos.
Tienen en común con los anteriores el ser heraldos de Dios, pero su característica propia es que sus visiones, sus oráculos, sus acciones han sido puestos por escrito.
En sentido estricto, más que de “profetas escritores”, habría que hablar de “literatura profética” o de “libros proféticos”, entendiendo por estos los escritos que han sido transmitidos como tales en el canon bíblico.
Muchos de estos personajes ejercieron su función como los profetas mencionados en pasados días; otros, quizá, nunca predicaron y hasta es posible que alguno, como Malaquías, sólo sea un seudónimo.
En todo caso, los libros proféticos tienen una autoridad porque, como libros inspirados por el Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales, han sido confiados a la Iglesia.
Por orden cronológicos son los siguientes:
- SIGLO VIII
- Amós
- Oseas
- Isaías
- Miqueas
- SIGLOS VII-VI
- Nahum
- Sofonías
- Habacuc
- Jeremías
- Ezequiel (s. VI)
- SIGLOS V/IV
- Ageo
- Zacarías
- Jonás
- SIGLOS INDETERMINADOS
- Joel
- Abdías
- Jonás.
- SIGLO II
- Daniel