TERCERA PARTE
CAPÍTULO I
EL TRABAJO
Mandato divino
- ¿El trabajo es una bendición de Dios?
El trabajo es una bendición de Dios, porque la labor que realizan todos los hombres la hacen a semejanza del primero y máximo Trabajador que es Dios Creador del Universo.
- ¿El trabajo exige esfuerzo al hombre?
El trabajo, después del pecado original y a consecuencia del desorden de las pasiones, exige esfuerzo al hombre, como cualquier otra actividad, y a veces ofrece obstáculos o produce sufrimientos. Pero, con la gracia de Dios, el sacrificio que pide el trabajo se premia con muchas legítimas satisfacciones humanas.
- ¿El trabajo es una carga para el hombre?
El trabajo no es una carga, ni una desgracia, ni un castigo para el hombre, sino la oportunidad diaria de dar sentido a su vida en servicio de los demás. Castigo es no trabajar, puesto que significa la imposibilidad del desarrollo personal y social, y el grave incumplimiento de un mandato divino; porque todo trabajo honrado, por muy humilde que parezca, es para el hombre expresión de la amable voluntad de Dios.