SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO VI
LA EDUCACIÓN
La misión de educar
- ¿A quiénes pertenece la misión de educar?
La misión de educar a todo hombre –individual y socialmente-, en orden de la naturaleza y en el orden de la gracia divina, pertenece a la familia, a la sociedad –grupos sociales intermedios- y a la Iglesia, y luego, de modo subsidiario al Estado.
- ¿Cuál es la misión educativa de la familia?
La misión educativa de la familia se sigue del hecho de que Dios, en el orden natural, ha dado a la familia el don de la generación humana, “principio de vida y, por tanto, principio de educación para la vida”. La familia ha recibido así del Creador la misión y, por tanto, el derecho de los padres de ser los primeros y fundamentales educadores de sus hijos, derecho al que no pueden renunciar puesto que va unido a un gravísimo deber. Esta responsabilidad es anterior a cualquier otra de la sociedad civil y del Estado, y compromete la razón de ser de los padres.
- ¿La Iglesia es Madre y Maestra de los hombres?
La Iglesia es Madre y Maestra de los hombres, gracias al poder de Magisterio recibido de Jesucristo haciendo discípulos a todos los pueblos, y trayéndolos a la vida de la gracia divina, que protege, alimenta y hace crecer con los sacramentos y enseñanzas.
- ¿Cómo realiza la Iglesia su misión educar?
La Iglesia realiza su misión de educar atendiendo la formación doctrinal religiosa de sus fieles y de cuantos lo deseen por sí o por quienes ejercen la patria potestad. Al ser la más perfecta de las instituciones sociales, la Iglesia tiene derecho de promover sin limitaciones cualquier actividad educativa, que incluye su capacidad de señalar directamente la buena doctrina y de advertir cuáles son las ideas incompatibles y peligrosas para su fin educacional, moral y religioso.