SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO II
LA LIBERTAD HUMANA
La responsabilidad
- ¿La libertad exige responsabilidad al hombre?
La libertad exige responsabilidad al hombre. Implica enormes beneficios que comprometen al agradecimiento del hombre con Dios, al enriquecer, con el cumplimiento de la voluntad divina, el orden social y la felicidad personal, realizando actos humanos meritorios. E implica también cargas que le obligan a esforzarse en el cumplimiento de la voluntad divina, en relación a sus deberes con el mismo Dios, con todos los hombres y consigo mismo. Estos compromisos entrañan deberes y derechos. El orden social y la propia felicidad dependen de este comportamiento.
- ¿La libertad es algo estrictamente personal?
La libertad humana es en sí misma algo personal, pero desde el momento que el hombre es un ser social, debe tener en cuenta la libertad de los demás. La libertad de cada uno es real, y simultáneamente es interdependiente con la libertad de los demás. Está dada por Dios para hacer posible una vida auténticamente humana en un mundo, en el que cada persona reconozca sus deberes y ejerza sus derechos.
- ¿Qué hay que decir a los hombres que entienden mal la libertad?
A los hombres que entienden mal la libertad, como licencia natural para eludir sus deberes o inhibirse irresponsablemente del ejercicio de sus derechos, hay que decirles que están en negligente ignorancia acerca de la realidad de la propia naturaleza, o que tienen una visión enfermiza de la vida, originada por el deseo desordenado de independencia total y de placer absoluto, y que desconocen dónde se encuentra la verdadera felicidad.