CUARTA PARTE
CAPÍTULO III
IGLESIA Y ESTADO
La moral del Estado
- ¿Por qué el Estado debe subordinarse a la moral?
El Estado debe subordinarse a la moral porque él no es fuente de fines absolutos para la persona, sino que tiene el encargo de garantizar que los ciudadanos busque los fines éticos personales y sociales. Las personas transfieren al Estado la tarea de conducir la sociedad al bien común, pero no pueden abdicar nunca al derecho de cultivar las virtudes para obtener la felicidad; tal renuncia conduciría a la pérdida de la libertad, a la esclavitud de la persona, y a la tiranía del poder político.
- ¿El Estado se puede subordinar a cualquier moral subjetiva?
El Estado no se puede subordinar a cualquier moral subjetiva, porque ello conduce al relativismo ético, a la relajación de las costumbres, a la corrupción de las personas y a la inmoralidad pública; es decir, conduce a todo lo contrario de lo que es el bien común.