Los mensajes comunicados tienen una disposición diversa: las revelaciones llamadas PRIVADAS son distintas de la revelación PÚBLICA.
REVELACIÓN PÚBLICA o REVELACIÓN indica un mensaje destinado a la toda la Iglesia de todos los tiempos; es un contenido divinamente revelado y propuesto por la Iglesia a la fe de sus miembros (la Revelación coincide así, de hecho, con el término DOGMA, en el que van juntas la REVELACIÓN DIVINA y la PROPOSICIÓN DE LA IGLESIA).
El término REVELACIÓN PRIVADA indica, en cambio, los mensajes destinados a una persona o grupo (o incluso toda la Iglesia) en una situación particular. El adjetivo PRIVADO no implica un interés puramente personal, sin comprometer a la comunidad eclesial, sino que afirma solo la diferencia con la revelación general.
Entre REVELACIÓN PÚBLICA y REVELACIÓN PRIVADA hay una diferencia de “grado” y de “esencia”.
Las profecías, después de la era apostólica, son dadas no para promover una nueva doctrina de la fe, sino para la dirección de los actos humanos. Las REVELACIONES PRIVADAS reconocidas por la Iglesia son acontecimientos proféticos que nos ayudan a comprender los signos de los tiempos y a encontrar en ellos la respuesta adecuada en la fe.
Ahora bien, dado el momento en que la contraposición ente PÚBLICO y PRIVADO aparece poco conveniente frente a Apariciones con una fuerte influencia en toda la Iglesia (Guadalupe, Lourdes, Fátima…), ha sido propuesta más recientemente la distinción entre REVELACIÓN FUNDADORA y las REVELACIONES PARTICULARES, que continúan según la diversidad de los tiempos y de los lugares.