CLARISAS

by AdminObra

Clara Sfici era de familia aristocrática. Ya había sido pedida en matrimonio, pero estaba resuelta a guardar virginidad.

Al oír a San Francisco hablar de la pobreza, de la penitencia, del desprecio del mundo, de la Pasión, se persuadió que Dios la llamaba a vivir según el espíritu y las normas de su paisano San Francisco.

El 18 de marzo de 1212, Domingo de Ramos, de noche, salió furtivamente de la casa de sus padres, con 17 años. Se dirigió a la Porciuncula, donde los frailes la aguardaban.

Arrodillada ante la imagen de la Virgen, hizo renuncia al mundo.

Cambió sus lujos por una túnica burda de lana.

Se puso una cuerda con nudos, y unas sandalias de madera.

Se le impuso velo negro, y pronunció los votos de pobreza, castidad, obediencia a San Francisco como superior.

Esa noche la pasó con religiosas benedictinas.

A los pocos días la siguió su hermana Inés; más tarde, su otra hermana Beatriz; finalmente, su madre, al enviudar, Hortolana.

Los religiosos camaldulenses les dieron la iglesia de San Damián, con la casa adjunta. Habían surgido las “clarisas”, o la Segunda Orden de San Francisco.

Al principio, siguieron la regla de los benedictinos, pero pronto San Francisco les transmitió una “forma vivendi”, completada por Santa Clara con una “Observantiae regulares”.

Allí permanecería Santa Clara durante cuarenta y dos años.