Es imposible querer entrar en detalles sobre la apariencia que presentaba Jesús en el momento de encontrarse con los suyos. No se puede hacer cábalas sobre ello. Baste recordar que, tras un primer momento de duda y sorpresa, le reconocen con seguridad.
Es, por otra parte, lógico pensar que hubiese un momento de duda y sorpresa, pues nadie esperaba que pudieran ver un día aquel que crucificaron y enterraron. Entrar en más detalles descriptivos es entrar en el terreno de las hipótesis. Que los Apóstoles duden en un primer momento es comprensible, si tenemos en cuenta que una resurrección en medio de la historia era inimaginable para ellos.
De todos modos, si es verdad, que, en un primer momento, los Apóstoles dudan de que sea Cristo, en un segundo momento le reconocen, sin duda alguna, hasta el punto de tener absoluta certeza de su resurrección. Se trata de apariciones objetivas.
El verbo que frecuentemente se usa para decir que Jesús se apareció es “SE DEJÓ VER”.