Es incontestable que Jesús nació en tiempo del emperador romano Octavio Augusto (29 a.C-14d.C) y de Herodes, rey de los judíos (37-4 a.C.).
Mientras que Augusto fue emperador de Roma entre los años citados, Cirino empezó a ser gobernador de Siria. A mayores, se le darían obligaciones sobre la nueva provincia de Judea a partir del 6 d.C., justo cuando Arquelao, el hijo del anterior Herodes, fue depuesto y Judea pasaría a ser una provincia romana.
En ese momento, Augusto decretó, por medio de Cirino, un CENSO PROVINCIAL (no general de todo el Imperio) con la finalidad, entre otras, de organizar el pago de impuestos de la nueva provincia de Judea (ni se incluyen la Perea y Galilea, gobernadas por Antipas, hermanastro de Arquelao; ni la Traconítide, gobernada por Filipo, también hermanastro de los anteriores, e hijos del rey Herodes).
Pero este censo NO debería ser el que hizo partir de Nazaret a José y a María.
¿Por qué?
Porque cuando Jesús, Nuestro Señor, nació, el rey de Judea era Herodes, y Herodes murió el año 4 a.C., diez años antes de ese censo. Y los gobernadores de Siria, en los últimos años del rey Herodes eran otros: Sencio Saturnino (hasta el 6 a.C., y Quintilio Varo, hasta el 4 a.C.).
Bien.
Así, entonces, el censo del que nos habla San Lucas correspondería al último de los censos que el rey Herodes decretaría (7/6 a.C.), para todo su reino, de acuerdo a las necesidades fiscales de su reino de Judea, antes de ser provincia romana. Herodes sabía que al emperador le gustaba mucho el sistema de los censos, pues decretaba censos en las provincias del Imperio a menudo, y lo tendría presente para congraciarse con él después de algunas desavenencias políticas.
Así pues, habría dos posibilidades que explique lo que nos redacta San Lucas sobre el censo general para todo el Imperio decretado por el emperador. O el evangelista concentró y magnífico los diversos censos provinciales de Augusto en uno solo “general”, y que de hecho nunca convocaría; o se refiere al censo general de los ciudadanos romanos (no de los habitantes de todo el Imperio) que tuvo lugar en el año 8 a.C. y que sí fue convocado por Octavio Augusto.
En cualquier caso, queda clara la voluntad de San Lucas de acentuar la importancia histórica del Nacimiento relacionándolo con un emperador, el de la “pax augustiana” y el censo de Cirino.