CARIDAD Y ACCIÓN SOCIAL EN LA IGLESIA MEDIEVAL
La acción benéfico-social de los monjes
Los monasterios benedictinos y cistercienses tuvieron hospitales para el cuidado de enfermos, inválidos y ancianos.
A todo ello hay que añadir la atención a los prisioneros (visitas, provisión de vestido y comida,…) y el rescate de cautivos cristianos en tierras paganas de Europa, como hizo San Filiberto (s. VII); o en tierras del Islam, sobre todo en España.
Asimismo, hubo abadías que asumieron obras públicas, tales como construcción y reparación de puentes, caminos, acueductos,…
Ahora bien, la caridad monástica sin duda más originaria es la hospitalidad. Casi todas las reglas ordenan dar buena acogida a los huéspedes. La “Regla de San Benito” interpreta la hospitalidad cristocéntricamente.
Con el tiempo, dentro de los monasterios se fueron diferenciando un:
- Hospitale pauperum, para los pobres;
- Hospitale peregrinorum, para los peregrinos y enfermos;
- Hospitale hospitum, para los huéspedes.