Hay tres criterios para establecer el canon.
- Criterios externos:
- Antigüedad del escrito.
- Aprobación apostólica.
- Ortodoxia doctrinal.
- Armonía con otros libros ya aprobados.
- Carácter edificantes.
- Criterios eclesiales:
- Recepción de los Libros por las diócesis.
- Su citación como Escritura por los escritores antiguos
- El empleo litúrgico.
- Reconocimiento por parte de la autoridad.
- Criterios internos:
- Serían los ofrecidos por el mismo libro sagrado y reconocidos por la experiencia pneumática de la Iglesia.
Bien, pues estos criterios fueron tenidos en cuenta. Aún así la Iglesia se basó FUNDAMENTALMENTE sobre el criterio de “apostolocidad”, que se puede formular en estos términos: PARA QUE UN ESCRITO PUEDA SER RETENIDO AUTÉNTICAMENTE ECLESIAL, Y, POR LO TANTO, CANÓNICO E INSPIRADO, SU ORIGEN DIVINO DEBE SER ATESTIGUADO POR UNA TRADICIÓN QUE SE REMONTE A LOS APÓSTOLES Y HABER SIDO RECONOCIDO COMO TAL POR LA IGLESIA APOSTÓLICA.
Así pues: origen apostólico; uso generalizado o catolicidad del escrito; aceptación tradicional del mismo; conformidad con la fe de la Iglesia.