Antiguamente, la ceniza se imponía como rito de entrada en la penitencia canónica.
Después desaparecería esta praxis, pero no el rito, el cual se hizo extensivo, y a partir del siglo XI obligatorio a toda la comunidad cristiana.
Se conservó la fecha tradicional del miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma. Así mismo, se vio que era el día más adecuado para inaugurar el gran ayuno cuaresmal.
Así, el “miércoles de ceniza” se convirtió en un día de especial intensidad y significado en la vida de la comunidad cristiana.
Con la recepción de la ceniza y la observancia de un ayuno riguroso se iniciaba el camino pascual, que estaría jalonado por la CONVERSIÓN, la PENITENCIA y la MORTIFICACIÓN.
A partir del CVI, el miércoles de ceniza sigue conservando sus elementos tradicionales: la imposición y el ayuno riguroso, así como el comienzo solemne de la Cuaresma.
Es un rito penitencial, por lo tanto, se omite el rito penitencial de la Misa.
La ceniza se hace con ramos de olivos u otros árboles bendecidos el año precedente en el Domingo de Ramos, siguiendo una costumbre muy antigua (s. XII).
Se bendice con una fórmula que se refiere a la situación pecadora de quienes van a recibirla, a la conversión y al inicio de la Cuaresma; a la vez que pide la gracia necesaria para que los cristianos, siendo fieles a las prácticas cuaresmales, se preparen a la celebración del Misterio Pascual de Jesucristo.
El rito es muy sencillo.
El sacerdote impone la ceniza a cuantos se acercan a recibirla, mientras dice una de estas dos fórmulas:
- “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás”.
- “Convertíos y creed el Evangelio”.
La primera es la clásica, y está inspirada en Génesis 3, 19.
La segunda es de nueva creación y se inspira en San Marcos 1, 15.
Las dos se complementan. Una recuerda la caducidad humana (polvo y ceniza); la otra, apunta a la actitud de conversión interior a Cristo y a su Evangelio, actitud específica de la Cuaresma.
El simbolismo es múltiple:
- LA CONDICIÓN DÉBIL Y CADUCA DEL HOMBRE, vamos hacia la muerte y hay que tomar en serio la vida.
- LA CONDICIÓN PECADORA DEL HOMBRE, tenemos necesidad de conversión.
- LA ORACIÓN, como súplica ardiente al Señor para que venga en nuestro auxilio.
- LA RESURRECCIÓN, dado que las cenizas de este día recuerdan no sólo que el hombre es polvo sino también que está destinado a participar en el triunfo de Cristo. A través de la renuncia, Dios convierte la ceniza en trigo.
- LA PASCUA, la ceniza del comienzo de la Cuaresma se encontrará con el agua purificadora en la Vigilia Pascual.