Además de algunas de las formas literarias antes señaladas, tanto en verso como en prosa, el Nuevo Testamento posee formas literarias propias.
Dentro del género más amplio de “evangelio”, caracterizado por su propósito de anunciar las palabras y los hechos de Jesucristo para afianzar la fe en su Persona y en su Doctrina, se pueden distinguir dos formas principales: las tradiciones doctrinales y las tradiciones o narraciones históricas.
Dentro de las primeras se encuentran los dichos proféticos, sapienciales, jurídicos o legislativos, de seguimiento, los dichos de Jesús, los diversos tipos de comparaciones, es decir, proverbios, paradojas, parábolas, frases enigmáticas, alegorías.
Por último, se pueden señalar las composiciones de dichos de Jesús, a veces con una fuerte estructura, como el Sermón del Monte y las Bienaventuranzas.
Mañana, seguimos…