Hoy terminamos esta introducción al conocimiento de la Liturgia de las Horas.
Veremos las “oraciones feriales”, esto es, la oración final del tiempo ordinario, en los días semanales.
Cada día de la semana tiene en Laudes y Vísperas oraciones especiales, distintas de las de la Misa y adaptadas a esas horas litúrgicas (los domingos coincide con la de la Misa).
Casi todas aluden a la luz.
Conviene destacar este dato, ya que en la liturgia todo es signo eficaz de una realidad sobrenatural. El signo sensible de la Liturgia son la horas del día que la Iglesia ha dotado de una significación especial.
La luz del día que “nace” o “se va” ofrece a la Iglesia una ocasión para la acción de gracias y la alabanza divina.
La luz material del día se presenta como un elemento que significa dos aspectos del misterio cristiano: Cristo es la luz del conocimiento divino infundido en nosotros; es también la luz que irradia la gloria de Dios mostrada y comunicada a nosotros por su Resurrección. La oración de Vísperas del viernes alude siempre a la Pasión.
También hay oraciones especiales para las Horas Menores y Completas (a la noche), diferentes para todos los días de la semana, que aluden al momento característico de esas horas del día o a algún acontecimiento de la Historia Sagrada acaecido en ellas.