LA LITURGIA DE LAS HORAS – 3

by AdminObra

Ayer vimos los influjos judíos en la Liturgia de las Horas.

Hoy veremos los influjos grecorromanos.

Recordemos que los cristianos se extendieron por el Imperio Romano y vivieron al estilo de sus habitantes.

Es comprensible que división del día y de la noche entre los romanos influyese también en el horario de oración de aquellas primeras comunidades cristianas.

Se dice que esa influencia fue mayor a partir del año 65 cuando ya se produce un alejamiento claro del judaísmo.

En el mundo grecorromano la jornada estaba dividida de tres formas:

  • Día y noche.
  • Veinticuatro horas.
  • Ocho horas: cuatro diurnas y cuatro diurnas.

Esta última es la que más nos interesa, por la importancia que ha tenido en la Liturgia de las Horas casi hasta nuestros días durante siglos.

Las cuatro “horas diurnas” estaban subdivididas en “prima, tercia, sexta y nona”, que, de modo más o menos aproximado, tienen la siguiente correspondencia en nuestro horario:

  • Prima: 6 – 9.
  • Tercia: 9 – 12.
  • Sexta: 12 – 15.
  • Nona: 15 – 18.

Las cuatro “horas de la noche” se subdividían así: primera vigilia o víspera; segunda vigilia o media noche; tercera vigilia o canto del gallo; cuarta vigilia o mañana.

Tenían la siguiente correspondencia:

  • Primera vigilia: 18 – 21.
  • Segunda vigilia: 21 – 24.
  • Tercera vigilia: 24 – 3.
  • Cuarta vigilia: 3 – 6.

Bien, visto los influjos más remotos de la oración oficial de la Iglesia, a partir de mañana, D. m., empezaremos a repasar los elementos de la Liturgia de las Horas.