SAN MATEO Y SU EVANGELIO – 9

by AdminObra

Continuando con lo que veíamos ayer, a saber, la importancia de reconocer cinco grandes discursos en el primer Evangelio como uno de los rasgos que le dan identidad, seguiremos diciendo que estos cinco bloques suelen terminar de una manera similar que expondremos seguidamente: “Y sucedió, cuanto terminó Jesús estas palabras…”. En los cinco casos las variaciones apenas se aprecian.

¿Tiene esto importancia? Sí. Los discursos no son cuerpos extraños que deban romper el relato, sino que se insertan en él, conectan secciones narrativas y proporcionan el sentido de la acción.

Pero, al mismo tiempo, toda esta enseñanza de Jesús distribuida en los cinco discursos aparece como algo unitario. ¿Por qué? Porque al finalizar el último discurso exactamente leemos esto: “todas estas palabras”. El “todas” engloba a los cinco discursos. ¡Qué hábil era San Mateo!

Así pues, los puntos de contacto entre estas cinco grandes enseñanzas de Nuestro Señor se van detectando cuando después del Sermón de la Montaña (5-7) corresponde el discurso llamado “escatológico” (24-25). El discurso segundo (10) y el cuarto (18) hacen referencia a la futura comunidad de los discípulos. Y el tercero, en el centro, como si fuese una estructura concéntrica (13) nos habla de la “acogida de la Palabra”, como si estuviese dándole unidad a todos los demás.

Hoy, terminamos aquí. Y mañana, (D. m.), seguiremos.