El término “aborto” deriva del latín ab-orior, que es “no nacer”.
Pero el verbo “aboriri” significa también “morir”, por lo que “abortar” cabe interpretarlo por “ocasionar la muerte del no nacido”.
En sentido real es la expulsión del embrión o del feto vivo en la etapa de gestación, antes de su nacimiento, produciéndole la muerte. Según las diversas técnicas de aborto, al feto se le da muerte en el seno mismo de la madre.
CLASES DE ABORTO
Puede ser “natural” o “provocado”, según se origine como un hecho espontáneo natural o se lleve a cabo mediante una acción voluntaria.
El “aborto natural” es un fenómeno bastante normal. Muchas veces ocurre antes de que la mujer sepa que está embarazada. Otras, tiene lugar en las primeras semanas de gestación. En ocasiones, se debe a causas naturales, por ejemplo, la eliminación de un embrión defectuoso y no viable o el mal estado de la madre para engendrar. En estos casos, se trata de una auténtica y cuidada “selección natural”. No pocas veces pude también derivarse de causas ocasionales, espontáneas o violentas, pero NO buscadas.
El “aborto provocado” es el que, bien sea la mujer embarazada u otras personas ajenas deciden llevarlo a cabo, a pesar de la gestación normal de la mujer finalizaría en el parto; pero, dado que el “nasciturus” no es deseado se procura eliminarlo mediante el aborto.
El “aborto provocado” puede ser “directo” o “indirecto”, según se lleve a cabo sólo para interrumpir el embarazo o porque se sigue como consecuencia de una operación quirúrgica o de medidas terapéuticas necesarias, a las que deba someterse urgentemente la mujer embarazada.
El estudio del “aborto natural” pertenece a la medicina, que se ocupa de conocer las causas que lo ocasionan y, en la medida de lo posible, busca los medios para evitarlo.
Por el contrario, el “aborto provocado”, dado que se decide por la libertad humana y hasta cabe juzgarlo como delito, su tratamiento implica a la ciencia jurídica y a la ética. Y, en la razón de que constituye una grave violación de la dignidad de la persona y por ello se comete una falta moral, su valoración atañe directamente a la Teología Moral.
OTRAS “CLASES”
A pesar de la división ya vista, basada en las causas que lo originan, hay otras “clasificaciones” en virtud de la opinión de las ciencias humanas: medicina, derecho, política).
- Aborto terapéutico: es el que se lleva a cabo en razón de la salud de la mujer gestante. Se juzga que un determinado embarazo puede ser perjudicial para la madre, por lo que se decide eliminar la vida del feto. El avance de la ciencia médica reduce al mínimo estos casos y es normal que se encuentre solución para salvar la vida del niño y la de la madre.
- Aborto eugenésico: no sólo se refiere al aborto para mantener la integridad de la raza, sino para evitar el nacimiento de un feto con defectos físicos o con graves secuelas psicológicas. Hay padres que no quieren asumir un futuro hijo con tales defectos.
- Aborto humanitario: es cuando el embarazo se debe a una violación de la mujer y también si se tratase de un incesto. En razón de que tal embarazo ha sido injusto, el aborto en tal situación se denomina “ético”.
- Aborto psicosocial: en este término se engloba todo aborto debido a que el embarazo no ha sido deseado. Las razones, aducen, son de salud física, psicológica, sociales como es el caso de una madre joven o soltera, económicas, demográficos, “control de natalidad”.
Es claro que en el nacimiento de un hijo en ocasiones concurren circunstancias que suponen una grave carga para la mujer. Más aún, el embarazo puede deberse a una causa injusta, como es el caso de una violación.
Cabe también que se trate del nacimiento de un niño con grandes deformaciones física o posibles taras psicológicas, lo que se juzga como una desgracia para el individuo, un peso para la familia y un gravamen para la sociedad.
Ante situaciones bien lacerantes no cabe cerrar los ojos. Por todo ello, la caridad cristiana ha de estar cercana a estas situaciones lastimosas, ha de valorarlas, debe comprender el estado doloroso de la mujer embarazada y ha de buscar el modo de paliar esas dificultades.
Pero es evidente que la solución no es eliminar la vida concebida y aún no nacida, pues el valor de un ser humano está por encima de todas esas circunstancias que concurren a su existencia.
Ninguna de las razones que motiva dicha clasificación puede justificar que se impida el nacimiento de un ser de la especie humana que está destinado a vivir.
El aborto es la eliminación de un ser vivo, que ya en el seno materno se DIFERENCIA como hombre o mujer. No se puede matar una vida humana, aunque sea defectuosa.
(Diccionario de Teología Moral)