- PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, “NIÑA MARÍA”, se celebra la dedicación que de sí misma hizo a Dios la futura Madre del Señor, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su Concepción Inmaculada.
- San RUFO, nombrado por San Pablo en su Carta a los Romanos como elegido del Señor. (s. I).
- San MARINO, obispo y mártir, en la región de Istria, actual Croacia.
- San GELASIO I, papa, esclarecido por su doctrina y santidad, el cual, para que la autoridad imperial no perjudicara la unidad de la Iglesias, aclaró a fondo las características propias de las dos potestades y su mutua independencia. Movido por su caridad sin medida y las necesidades de los indigentes, murió en la más extrema pobreza. (496).
- San MAURO, obispo, en Flaminia, Italia. (946).
- Beata MARÍA de JESÚS BUEN PASTOR de SIED-LISKA, virgen. Roma. Abandonó Polonia por problemas con el gobierno y, al servicio de los emigrantes de su patria, fundó el Instituto de Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. (1902).
Hoy recordamos especialmente a SAN AGAPIO de CESAREA
En el segundo año de la cruel y violenta persecución de Diocleciano, Urbano, el gobernador de Palestina, recibió órdenes de proceder contra los cristianos de su provincia. San Timoteo, que confesó valientemente la fe, fue brutalmente azotado; los verdugos le desgarraron después los costados con garfios y, finalmente, le quemaron a fuego lento, en Gaza. El mismo juez condenó a san Agapio a ser devorado por las fieras, pero se le retuvo durante dos años en la prisión. Después, salió a hacer frente a las fieras en el anfiteatro de Cesarea, junto con un criminal común, un esclavo que había asesinado a su amo. Como las bestias no mataron inmediatamente al criminal, el juez le perdonó y ofreció clemencia a Agapio, con tal de que ofreciese sacrificios a los dioses. El mártir se negó a ello y fue inmediatamente arrojado a un oso; pero la fiera no le hizo daño alguno. Entonces Agapio fue nuevamente conducido a la prisión y, al año siguiente, fue arrojado al mar.